La planta baja del Consistorio de Baralla, una municipio lucense que no llega a los 3.000 habitantes, quedó ayer destrozada tras sufrir un atentado que la Guardia Civil y la Delegación del Gobierno atribuyen a Resistencia Galega. La explosión se produjo a las 04.40 de la madrugada de ayer, pues fue a la hora en que se paró el reloj ubicado en la fachada de la Casa Consistorial. Al parecer se utilizaron entre tres y cinco kilogramos de pólvora metidos en una olla a presión. La onda expansiva, según revelaron fuentes de la investigación, "reventó totalmente" el bajo del Ayuntamiento -donde se encuentra el salón de plenos- y provocó cuantiosos daños materiales en edificios próximos en un radio de 50 metros, rompiendo puertas, ventanas o escaparates. Ninguna persona resultó herida, pero numerosos vecinos saltaron de sus camas sorprendidos por la fuete detonación.

Se cree que los autores -al menos dos, uno que colocó la olla y otro que esperó en un vehículo para huir- pusieron el artefacto explosivo tras comprobar que el bar ubicado al lado del Consistorio había cerrado. Lo dejaron bajo los soportales del Ayuntamiento. El ruido de la explosión se oyó a cuatro kilómetros y algunos restos, como cristales y escombros, llegaron a la carretera N-VI, que tuvo ser cortada hasta cerca del mediodía.

A falta de realizar las pruebas, los investigadores creen que el material explosivo utilizado fue la pólvora, pues por la mañana aún olía a ese elemento, y que se introdujo en una olla porque se encontraron sus restos. Y por la magnitud de la explosión calculan que se usarían entre tres y cinco kilos de explosivo.

El delegado del Gobierno, Samuel Juárez, atribuyó el atentado a Resistencia Galega, "el único grupo activo terrorista" en España, porque si bien no hubo reivindicación, el modus operandi lleva su sello y es prácticamente idéntico al registrado hace un año en Beade (Ourense) también contra la Casa Consistorial. Esta sería la segunda vez que atacan con explosivos sedes de ayuntamientos, porque antes Resistencia Galega se centraba en obras públicas, empresas y locales de partidos políticos.

Se da la circunstancia de que tanto Baralla como Beade están gobernados por alcaldes del PP que han levantado más de una ampolla por su defensa del franquismo. De hecho, el regidor de Baralla, Manuel González, desencadenó la polémica hace un año, precisamente en un pleno para condenar los atentados de Resistencia Galega, cuando afirmó que quienes fueron condenados a muerte en el franquismo "sería porque lo merecieron". Ayer, tanto el BNG como AGE recordaron esta actitud del regidor y la reprobaron con dureza.

En la misma hipótesis que apunta a Resistencia Galega como autora del atentado, Juárez recordó que precisamente la próxima semana se celebra un juicio contra tres de sus miembros. "Creemos que no es una coincidencia la fecha", dijo. "Y todo apunta, por el modus operandi, el tipo de explosivo y de artefacto, con la olla a presión, e incluso por cómo se colocó y por la hora, a que se trata de un atentado de Resistencia Galega", añadió el delegado del Gobierno.

De confirmarse esta sospecha, sería el primer ataque de la banda terrorista gallega este año y el segundo contra una casa consistorial, porque hasta ahora, como precisó Juárez, "lo habitual era que atentasen contra sedes de partidos políticos y empresas". Los investigaron están revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad por si captaron imágenes de los autores.