La vía llamada a vertebrar la zona cero del Prestige ya debía haber entrado en servicio el año pasado, pero todavía hoy la concesionaria no ha retomado las obras por falta de financiación. Ante el retraso que acumula la autovía de A Costa da Morte, con tres parones desde que fue comprometida hace ya más de diez años, a la Xunta no le ha quedado más remedio que mover ficha para garantizar la continuidad de las obras.

La Consellería de Medio Ambiente ha decidido resolver parte del contrato con la concesionaria para paralizar 17 de los 44 kilómetros de la autovía de A Costa da Morte y, finalmente, solo abrirá 27 km en 2016. La decisión de la Xunta se produce después de que el departamento dirigido entonces por Agustín Hernández y ahora por Ethel Vázquez diera varios ultimátums a la concesionaria -una UTE de empresas gallegas presidida por Copasa- para que consiguiera el crédito necesario para continuar con las obras, porque de lo contrario rescindiría el contrato.

Ante el último plazo dado por la Xunta a la adjudicataria, fijado para este verano, el Ejecutivo de Feijóo acordó anular el desdoblamiento entre los enlaces de Baio norte-Santa Irene y de la autovía con los enlaces de Santa Irene y Berdoias. Por tanto, solo entrarán en funcionamiento el tramo Carballo-Baio y la variante de Baio, obras en que la concesionaria inyectará 80 millones en 2015.

Ya en las últimas comparecencias, responsables de Medio Ambiente hacían hincapié en la necesidad de priorizar el tramo entre Carballo y Baio, ya que se trata del que registra el mayor volumen de tráfico y además es el trayecto más largo. La construcción de este primer tramo permitirá atender a cuatro de los cinco municipios beneficiados por la construcción de la autovía, lo que supone casi el 86% de la población total servida. Para la Xunta, tal y como había manifestado Ethel Vázquez, lo "prioritario, sin renunciar a completar el trazado hasta Berdoias es completar el itinerario por vía de altas prestaciones entre A Coruña y Baio".

Siete años después de licitarse por primera vez y tras casi dos con la concesionaria en dificultades financieras, el Ejecutivo gallego ha acordado sine die la construcción del segundo tramo de una obra que fue licitada por el bipartito por 584 millones. En 2009, el Gobierno del PP rescindió el contrato de mutuo acuerdo con la concesionaria -a la que tuvo que indemnizar con 4,1 millones- y sacó la obra a concurso por 949 millones y finalmente en mayo de 2011 la adjudicó por 745 millones, 161 más que el contrato aprobado por el Ejecutivo de Touriño.

La adjudicataria solo cobra un canon a partir de que pone a disposición la obra y no por tráfico, como en el caso de O Salnés u O Barbanza. Para desbloquear sus problemas financieros, Medio Ambiente rescinde la construcción de 17 kilómetros sin pagar indemnización, aunque sí tendrá que abonar los gastos en que haya incurrido la empresa hasta ahora como las expropiaciones, cifra que no aparece en los presupuestos. "Pero no se renuncia a la obra. Se analizará más adelante", apuntan desde el departamento de Ethel Vázquez.

Hasta ahora, la obra solo está ejecutada al 20% y la inversión realizada supera los 40 millones -22,5 en el tramo de Carballo a Baio y 17,5 en el trayecto de Berdoias-.