"Quédate que aquí vas a tener futuro". Con estas palabras los padres de David Botana trataban de convencerlo para que se animase a trabajar en la explotación familiar y hacer su vida en el rural. El deseo de sus progenitores se cumplió pero la decisión de este joven de 21 años de Mesía (A Coruña) no estuvo motivada porque viese opciones de prosperar en el campo, ya que no ve un futuro claro, sino porque "no hay mucho más donde probar suerte".

David ya forma parte de la Ganadería Botana Vigo SC y es el tercer socio junto a sus padres de una explotación láctea de 90 vacas de ordeño. Es uno de los 270 jóvenes que este año se han incorporado a la actividad agraria y que aunque son ocho más que en todo 2013 (un 3% más) representan un 15,4% menos que los 319 contabilizados por la Consellería de Medio Rural en 2009. En el último lustro el número de jóvenes que han decidido tomar las riendas del campo asciende a 1.572, logrando su máximo en 2012 con 439 casos registrados.

El secretario de Ganadería de Unións Agrarias (UUAA), Javier Iglesias, aclara que pese a ese descenso de más del 15% desde el inicio de la crisis la incorporación de la juventud al sector primario ha subido. Aunque parezca una contradicción matiza que desde 2008 se cerraron una media de 500 granjas al año. "No es la misma proporción contar con dos centenares de jóvenes en las 16.000 explotaciones actuales, de las que 10.000 son de leche, que una cifra similar en las 30.000 instalaciones en época de bonanza", destaca el representante del sindicato.

Iglesias apunta que desde 2011, cuando se empezó a notar con intensidad la crisis, la juventud empezó a quedarse sin empleo y vio una oportunidad en el rural como modo de vida temporal. Pero ahora ya se empiezan a percibir -avisa- los problemas que arrastra el sector ganadero y que no era la panacea que esperaban. Aún así, los que se atrevieron a embarcarse en esta aventura lo hicieron en las explotaciones de sus familiares porque crear una nueva supone una gran inversión. En cuanto al perfil de los nuevos ganaderos, de los 270 incorporados indica que más de la mitad lo hacen en granjas de leche y el resto en el sector hortícola, donde es "más fácil obtener rentabilidad sin hacer tanta inversión".

La Consellería de Medio Rural concedió a más de 7.300 jóvenes ayudas de la Xunta por valor de casi 130 millones entre 2009 y 2013 para incorporarse a la actividad agraria. En la convocatoria de este año la orden incluye 4,8 millones para planes de mejoras en explotaciones y 6,8 millones para primera instalación. En el caso de David Botana el joven recibió 22.000 euros por incorporación además de una subvención para sufragar la mitad de la inversión para modernizar su explotación, cuyo importe de la obra no puede sobrepasar los 200.000 euros. A cambio tiene que trabajar como mínimo durante cinco años en la instalación para la que solicitó la ayuda si quiere cobrarla.

La Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2015-2020 pretende precisamente propiciar que los jóvenes se unan al sector agroganadero con más dotación económica -se calcula que unos 1.000 millones- y con medidas que lo hagan más atractivo.

Para Iglesias que el campo vuelva a ser atractivo pasa sobre todo por conseguir que sea rentable. "Trabajo sabes que vas a tenerlo pero no sabes cómo va a ser tu futuro porque hoy te dan un caramelo y mañana te quitan tres", destaca en este sentido David Botana, en alusión a la volatilidad del mercado lácteo y la falta de medidas que permitan la recuperación del sector.

Desde Unións Agrarias señalan que la falta de servicios en el entorno rural para conciliar vida laboral y familiar junto con el poco reconocimiento de la actividad agraria en la sociedad se unen a las causas que restan atractivo al sector. David Botana es consciente de estos incovenientes y sabe que cuando decida formar su familia tendrá que trasladarse como mínimo 30 kilómetros para por ejemplo llevar a los niños a la guardería o al colegio.

Su preocupación más inmediata es la evolución de la próxima campaña con la desaparición de las cuotas y si finalmente los productores que se exceden de la producción asignada tendrán que pagar o no sanciones por supertasa. Ambas cuestiones mantienen en vilo a los ganaderos gallegos, al igual que el precio de la leche, que ha vuelto a situar a Galicia como la comunidad con las tarifas más bajas en los últimos meses. "Producimos litros de leche a 30 céntimos y estamos pagando el kilo de pienso a 32", lamenta el joven coruñés.

Pese a las más de 1.500 incorporaciones de gente joven al rural en el último lustro no son suficientes para frenar el envejecimiento que sufre el sector. El PSdeG ya alertó en verano en el Parlamento de que, según el censo de agricultores y ganaderos, en los próximos siete años alcanzarán la edad de jubilación el 40% de los trabajadores, mientras que la Xunta tiene previsto apenas un 2,5% de altas en el mismo periodo.