-¿Cuál es el perfil del delincuente viario en Galicia?

-Varón de mediana edad y, en algunos casos, con baja instrucción, sobre todo cuando se trata de la conducción sin carné. También existe el perfil de la persona que sufre una patología de drogas de abuso, principalmente el alcohol, y que suele reincidir en la conducción bajo estas sustancias. Se puede apreciar que en las conducciones alcohólicas el conductor es bastante mayor que en las conducciones con drogas.

-¿Cuántas infracciones penales suelen acumular los multirreincidentes en la comunidad?

-De acuerdo con la ley, consideramos a un delincuente como multirreincidente cuando tiene por lo menos tres condenas en el mismo tipo de hechos y con ello se produce un aumento considerable de la pena. Este tipo de conductas se ha dado sobretodo en las conducciones alcohólicas y más todavía en las conducciones sin permiso. Aunque este tipo de delincuentes es común, la verdad es que pocos casos existen de más de cinco o seis condenas por el mismo delito contra la seguridad vial, lo cual quiere decir que por alguna razón ha existido una corrección de conductas. En total casi un 70 % de todos los delitos cometidos en Galicia los son por conducir sin carné y por hacerlo con drogas o alcohol.

-¿Hay alguna provincia que destaca por su multirreincidencia al volante?

-No. Prácticamente los datos son homogéneos en términos relativos, pues en cifras absolutas tanto A Coruña como Pontevedra se llevan la palma.

-¿Son las actuales penas suficientes para los delincuentes al volante?

-Son suficientes, lo que pasa es que no se aplican en toda su extensión. Aunque con multirrieincidencia, es difícil que se imponga el máximo de pena por ley.

-¿No se es riguroso en la aplicación de la ley?

-Creo que no. Y además ya existen determinadas resoluciones que vienen a dulcificar la represión en este tipo de delitos. En algunos ámbitos todavía está latente la idea de que los delitos contra la seguridad vial son delitos de 'gente honrada' y que cualquiera puede cometerlos sin necesidad de ser un auténtico delincuente y por ello se piensa que no deben de tener una dura represión.

-¿Deberían endurecerse las penas de cárcel para los delincuentes viarios?

-No. Las penas previstas son suficientes en su extensión máxima aunque esta pocas veces se impone. Sin embargo, cuando hablamos de muertes imprudentes o lesiones gravemente invalidantes, creo que las penas previstas son muy tenues, sobre todo cuando se producen múltiples víctimas. La pena máxima a imponer en un homicidio imprudente es de cuatro años y ese mismo máximo es el establecido cuando las muertes son varias.

-¿Qué conductas es más complicado corregir al volante?

-Aquellas que esconden unas verdaderas patologías en su autor como la dependencia de drogas o del alcohol. Son conductas que no se pueden corregir con las penas previstas, para ellas es necesario una actuación rehabilitadora en el problema del que lo sufre y muchas veces con la amenaza de la privación de libertad se está consiguiendo que el interesado se someta a un tratamiento para curar su adicción que sin esa amenaza nunca se conseguiría.

-Los jóvenes, ¿están en el grupo de los multirreincidentes?

-Tan solo aquellos que carecen de una instrucción básica y que reinciden en conducciones sin carné. En el resto de las reincidencias suelen ser personas adultas.

-¿Le resulta preocupante el nivel de consumo de alcohol o drogas por parte de los conductores gallegos?

-Hace años que venimos diciendo que uno de los principales problemas de la seguridad vial en Galicia es el consumo de alcohol y que todavía existe un componente cultural en estas conductas que aún no se ha eliminado.

-¿Qué propuestas defiende para sacar de la carretera a los delincuentes viarios?

-La principal propuesta es la que se viene haciendo desde hace años y no es otra que la educación. Falta en las escuelas una formación adecuada en materia de seguridad vial y es necesario introducirla en todos los niveles educativos, tanto en Infantil como en Primaria y Secundaria. Si de adultos hablamos sería necesario establecer los sistemas adecuados para garantizar en los conductores mayores un adecuado reciclaje que hoy en día no existe.

-¿La pena de cárcel para los infractores surte efecto?

-Es evidente que sí, aunque sean de muy corta duración. Hay que tener en cuenta que este tipo de penas solo se impone a los multirreincidentes o cuando el hecho es de extrema gravedad y cuando en la mayoría de los casos las otras penas alternativas han demostrado que son inútiles para corregir determinadas conductas.

-¿Cuál es en la actualidad la pena mayoritaria para los conductores que delinquen?

-Excepcionalmente es la cárcel. Por partes casi iguales están las multas y los trabajos en beneficio de la comunidad. Además en casi todos los casos se impone la privación del derecho a conducir.

-¿Es partidario del seguimiento por parte de la Guardia Civil de Tráfico a los conductores sin carné o con varias infracciones en materia de alcohol o drogas?

-He tenido conocimiento de ellos y los resultados han sido buenos. Me parece un sistema aceptable de prevención, aunque desgraciadamente no se podrá aplicar en todos los supuestos necesarios.

-Hace unas semanas una joven de O Carballiño fue multada porque su pareja le dio un beso mientras ella conducía. ¿Es excesivo o distracciones como esta deben ser sancionadas?

-No puedo opinar porque no he tenido acceso a la información real. De todas formas, la ley de Tráfico impone al conductor una 'atención permanente a la conducción que garantice su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y de los demás usuarios de la vía'. Y esta norma, como cualquier otra, hay que aplicarla con el necesario sentido común.

-Con todas las campañas de la DGT, reformas penales, instalación de nuevos radares, más vigilancia de las carreteras, dotación de un Pegasus

-Hay que añadir la labor realizada por los medios de comunicación en los que los sucesos de tráfico han pasado a ser noticias de especial consideración. No cabe duda que la concienciación de los conductores se ha producido en gran parte. Sin ella no se podrían haber obtenido los resultados tan espectaculares que en los últimos años se han producido respecto al descenso en el número de víctimas. Pero aún queda mucho camino por recorrer y no hay que pensar que el problema de la inseguridad viaria está resuelto. El año pasado hubo en Galicia 112 muertos en accidentes de tráfico, 14 más que el año anterior, y esas cifras siguen siendo inaceptables.

-¿Qué papel han jugado las asociaciones de víctimas?

-Con las víctimas de accidentes de tráfico tenemos una deuda todos los que nos dedicamos a esta labor. Durante muchos años han sido las grandes olvidadas en las causas judiciales, se les ha privado de voz y prácticamente se las apartó del procedimiento. Hoy en día afortunadamente estamos empezando a pagar esa deuda y están presentes en casi todas las actuaciones que realizamos. Los fiscales de Tráfico tenemos un constante empeño en la mejora en este aspecto y a ello ayuda el compromiso de las mismas y su incesante actividad en defensa de todos los usuarios de las carreteras.