Más de un centenar de trabajadores de Justicia se concentraron ayer en la puerta del edificio de Nuevos Juzgados en contra de la privatización del Registro Civil. Los empleados públicos, que portaban camisetas amarillas con el lema No a la privatización, llevaron a la concentración un ataúd como símbolo "de la muerte" de este servicio. "Estamos peleando para que el registro siga quedando en manos del Estado", señaló Miguel Ferreiro, trabajador del servicio en A Coruña. Los funcionarios advierten de que, si los registradores mercantiles asumen sus cometidos, todos los ciudadanos tendrán que pagar por trámites, algunos de ellos obligatorios, que en la actualidad son gratuitos. Ferreiro también se preguntó qué pasará "con los millones de datos que obran en el Ministerio de Justicia y que pasarán a manos privadas".

Los funcionarios, además de concentraciones todos los jueves para expresar su rechazo a la medida anunciada por el Gobierno, para el 11 de abril convocaron una protesta en Madrid. Los trabajadores advierten de que es un problema de los ciudadanos, ya que ellos no se quedarían sin trabajo.