"Galicia no puede pretender ser Canarias y tenemos que conformarnos con ir saliendo poco a poco de la crisis y mejorar cada año los resultados". Esa es la conclusión del representante de A Coruña en el Clúster del Turismo de Galicia, Francisco Canabal, sobre esta Semana Santa en la comunidad gallega porque el 75% de media de ocupación en los hoteles gallegos de Jueves Santo a Domingo de Pascua superó en 15 puntos a los registros del mismo periodo del año pasado pero aún así sigue por debajo del 80% de 2008, antes del inicio de la crisis. En zonas como Ferrol, Ribeira Sacra, A Mariña lucense y las Rías Baixas se llegó a ese 80% e incluso algunos negocios estuvieron completos debido a que el buen tiempo animó a los turistas tanto de otras comunidades como de Galicia a salir de casa y hacer una escapada durante los festivos.

El sector empieza a salir a flote y supera las cifras de 2013 cuando la ocupación fue del 60%. En los años anteriores desde 2009 los alojamientos apenas cubrieron la mitad de sus plazas en estas fechas. La mejoría de esta Pascua no es suficiente de todas formas para afirmar que es la mejor de la década como ocurre en las provincias andaluzas.

Pese a la mayor afluencia de visitantes, la gente no se atreve de momento a gastar y consumir más. Por eso, los hoteles no han aprovechado estos festivos para subir los precios y mantienen el 2% de aumento del inicio del año. El vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería de Galicia (Cehosga), César Ballesteros, destaca que el hecho de que Galicia sea el destino más barato para ir de vacaciones y eso puede resultar atractivo para los turistas, es necesario que el sector aumente "poco a poco" las tarifas para recuperar rentabilidad.

Los precios se sitúan este año en 47 euros de media por habitación, 10 céntimos más que el año pasado aunque cuatro euros menos que antes de la crisis. Canabal confía en que con el repunte de la ocupación en 2014, si este verano se sigue la misma tendencia los empresarios podrán plantearse nuevas subidas. La decisión depende -aclara- de cada negocio y si se lo puede permitir según sus datos de ocupación. No solo en los alojamientos se nota que la gente aún tiene medio a gastar y busca la oferta más barata. Los restaurantes y bares también percibieron durante la Pascua que sus establecimientos estuvieron más llenos de lo habitual, sobre todo los más próximos a la costa. La mayor afluencia, sin embargo, no repercutió mucho en la facturación porque los turistas y también los clientes locales "miran el bolsillo". "Se pide mucho pulpo y pescadito y pocos centollos", indica Ballesteros.

El sector celebra con cautela los buenos resultados de Semana Santa pero es consciente de que el turismo "no puede vivir de dos días" y ahora queda por delante un mes de mayo "largo" en el que se espera poca ocupación a la espera de la temporada alta.