La petrolera mexicana Pemex (Petróleos Mexicanos) ha incluido los floteles en construcción en los astilleros gallegos Navantia (Ferrol) y Hijos de J. Barreras (Vigo) en el plan de ajustes desplegado por el gigante de los hidrocarburos a raíz de la caída del precio del crudo, según confirmó ayer la propia empresa. De esta forma, una vez rematados los barcos (especializados en la prestación de servicios de acomodación al personal de plataformas de extracción de petróleo y gas offshore), Pemex los pondrá a la venta -aunque seguirán prestando servicios a la paraestatal mexicana- y destinará el capital recaudado a otros proyectos de inversión más rentables en el negocio de exploración y producción. La operación, práctica habitual en el negocio de las petroleras, no afectará a las posiciones de Pemex en Barreras. "No existe la intención de vender nuestra participación accionarial en Barreras", indicaron ayer fuentes de la petrolera.

La depreciación del crudo disparó las pérdidas de la compañía estatal azteca, obligándola a un fuerte recorte presupuestario y a reorientar sus inversiones hacia aquellos negocios que ofrecen una mayor rentabilidad. La futura venta de los floteles en construcción en Ferrol y Vigo forma parte de este nuevo escenario. La multinacional mexicana prevé la entrada de inversores, al igual que sucedió con el gasoducto Los Ramones en México, adquirido en parte por los fondos Blackrock y First Reserve, pero que seguirá siendo operado por Pemex. "Los floteles seguirán prestando servicios a Pemex en las actividades para las que fueron requeridos", señalaron fuentes del grupo energético, que apuntaron que estas alianzas con inversores permitirán continuar con diversos proyectos de infraestructuras y construcción sin que Pemex necesariamente tenga que destinar recursos. Con esta estrategia, la petrolera aspira a captar solo este año unos 5.000 millones de dólares para proyectos en marcha. Los recortes por la caída del crudo ya habían obligado a paralizar parte del proceso de renovación de flota, sobre todo de la flota mayor (grandes petroleros, gaseros y quimiqueros) y buques de alto contenido tecnológico (floteles, sísmicos, supplies, etc.).

En ese contexto, Pemex dejó claro que no sopesa la venta de su participación accionarial en el astillero vigués, del que posee el 51% a través de la filial PMI Comercio Internacional (el restante capital sigue en manos del empresario vigués José García Costas y el armador vasco Iñaki Latxaga).

Fuentes del sector explicaron ayer que es "habitual" en el negocio de las petroleras que las flotas que les prestan servicio estén en manos de armadores e inversores independientes (Repsol, por ejemplo, no tiene barcos propios), y ya durante el proceso de negociación de la construcción de estos buques la propia petrolera barajaba ponerlos en el mercado una vez rematados para recuperar parte de la inversión.

No obstante, sectores políticos mexicanos cuestionan la entrada de Pemex en Barreras, así como la adjudicación de un segundo flotel a Navantia-Ferrol, si al final los barcos van a ser puestos a la venta. Las obras de ambos buques avanzan en plazo y serán botados en verano, como estaba previsto.