Los astilleros públicos de Navantia siguen perdiendo dinero, pero menos que hace unos años. La empresa acaba de cerrar las cuentas de 2014 y ha reducido sus números rojos casi a la mitad (un 49%) con respecto al ejercicio anterior. Eso sí, el pasado año las pérdidas llegaron hasta los 29 millones.

El ajuste en las compras, la reducción de las subcontratas, la optimización de los recursos y la entrada de algunos contratos han provocado que las pérdidas disminuyan. De todas formas, en el último quinquenio la empresa publica acumula un resultado negativo superior a los 254 millones. La luz de alarma se encendió en 2012, cuando tras dos ejercicios con pérdidas que no superaban los 46 millones, aumentaron hasta los 78,7. A partir de ahí se produjo una serie de ajustes que han provocado que el déficit se fuera reduciendo en 2013 y 2014.

En febrero del año pasado, el presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, ya reconoció en el Parlamento que Navantia estaba en una situación "crítica". Ahora, tras los nuevos encargos (flotel de Pemex, dos barcos para la Armada española, los aerogeneradores para Iberdrola y los cuatro petroleros), Navantia empieza a levantar la cabeza. El objetivo de la compañía es alcanzar el equilibrio, es decir, que no tenga perdidas, el próximo año.