Podemos abrió ayer una brecha con las mareas cuando todavía no habían pasado tres días de su éxito en las elecciones municipales. La dirección del partido en Galicia proclamó que el frente común "ciudadano" para presentarse en las autonómicas de 2016 y en las generales de final de año pasa por sus siglas. Así lo expresó su secretario xeral en la comunidad, Breogán Riobóo, que defendió que su organización se presente en solitario a los comicios. "Las condiciones son claras: primero, la gente; después, la gente y la gente; y quien quiera, podrá participar en los procesos de Podemos para acudir a las generales", espetó. Aplicó el mismo criterio para las autonómicas.

Su mensaje no se quedó ahí y reivindicó su formación como único paraguas para las iniciativas que pretendan modificar el sistema político, como ha sucedido en el ámbito local con las mareas. "Non son los partidos, no son las organizaciones, no son Yolanda [Díaz], [Xosé Manuel] Beiras, los que tienen que hacer un llamamiento a una marea gallega", añadió después de que estos abogasen por un frente amplio común, mensaje que ya emitieron en 2012 cuando la coalición AGE debutó con nueve escaños en el Parlamento gallego. Precisamente, el líder de Anova reaparece hoy para clamar por esa alianza.

Sus palabras agriaron ayer el rostro de miembros de las mareas después de que la de A Coruña, con Xulio Ferreiro, o Santiago, con Martiño Noriega, lograsen ser las listas más votadas en ambas ciudades, contando con el apoyo de Podemos, pero no solo con su aval. De hecho, algunos dirigentes implicados en estos movimientos consideran que los resultados del 24-M demuestran que Podemos no puede convertirse en la fuerza más votada en solitario y que es necesario un proceso en pie de igualdad, sin atribuirse la única representación ciudadana, para sumar esfuerzos. Citan datos. Allí donde Podemos se presentó en solitario, como Andalucía en marzo, o Aragón, el domingo, no ganó los comicios; allí donde se mezcló con otros movimientos, caso de las dos citadas urbes, pero también de Madrid o Barcelona, venció.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, era partidario hasta ahora de la posición de Riobóo: la marca Podemos es irrenunciable. Sin embargo, tras el domingo, ha comenzado a germinar la idea en parte de las bases gallegas de que algunas mareas se ajustan más al proyecto original del partido morado que su actual funcionamiento y reconocen que concurrir por separado frenaría la dinámica generada el 24-M. "Si no lo aprovechamos, no nos lo perdonaremos", apunta una dirigente.

A favor de la unidad cuentan los resultados electores. De hecho, algunas voces apuntan como único requisito una marca común que no se limite a Podemos, más allá incluso de las hipotéticas candidaturas tanto en las generales como en las autonómicas. Las victorias de Ferreiro y Noriega los alejan de esa quiniela, en la que aparece Yolanda Díaz, cuya amistad con Pablo Iglesias la acerca a la órbita podemista y que también ha proclamado la necesidad de que toda la izquierda rupturista se una.

Adoptar las siglas de Podemos como único referente, además de forzar a Díaz a elegir entre esta y Esquerda Unida, de la que es coordinadora xeral, escenificaría la incomodidad de los sectores más nacionalistas como Anova, que apuesta por un modelo de igualdad y no subordinación a la marca violeta.

Riobóo, que pidió superar la "sopa de siglas" de AGE, aseguró que "las elecciones municipales han certificado que el bipartidismo está roto totalmente, tiene una herida de muerte, está en gangrena continua, y no saben cómo remediarlo porque no interpretan bien los mensajes". La fórmula para apuntalar este argumento dependerá, coinciden varios dirigentes de la izquierda rupturista consultados, por una unidad porque "Podemos no puede solo". De lo contrario, coinciden, el bipartidismo quedará herido, pero vivo.