En el año 44 antes de Cristo, el emperador Julio César acudió al Senado sin la guardia personal que había disuelto para ofrecer una imagen cercana al pueblo de Roma. Fue el signo de debilidad que aprovecharon sus enemigos en la ciudad eterna para abalanzarse sobre él y acuchillarlo. El primero de ellos fue Bruto, que le clavó un cuchillo por la espalda. La escena recreada por Shakespeare y Mankiewicz sirvió ayer de analogía para que la sucesión de Mariano Rajoy y los malos resultados electorales del PP el pasado domingo generasen un enfrentamiento en la Cámara entre el PSdeG y el presidente de la Xunta y de los populares gallegos, Alberto Núñez Feijóo. Este reiteró su "lealtad" a su jefe de filas y negó cualquier acuchillamiento para asaltar el liderazgo de su partido a nivel nacional, en contra de lo que aseveró el socialista José Luis Méndez Romeu.

Setenta y dos horas después de una cita electoral que supuso la pérdida de más de 180.000 votos para el PP, los bastones de mando de, previsiblemente, tres ciudades y dos diputaciones, Feijóo se enfrentó a la oposición en el cara a cara parlamentario. El PSdeG fue el grupo que centró su intervención en los resultados de los comicios, al que el presidente del Ejecutivo replicó con más dureza y reivindicó su gestión, sin concretar la autocrítica que anunció el domingo. "Ustedes no escucharon el mensaje de la gente, nosotros sí", proclamó antes de defender una mejora en la economía gallega con "25.000 parados menos en un año y 20.000 afiliados más a la Seguridad Social" y presumir de un incremento de los servicios sociales, e incluso de los pagos a beneficiarios de la Risga. Desde su llegada a San Caetano hace seis años, los fondos para este cheque social a personas sin ingresos se han disparado de 6.497 ciudadanos a 11.948 y suponen más del doble de gasto que entonces: 47,7 millones para este año.

Romeu atacó a Feijóo ironizando sobre el "aspecto desencajado, probablemente por la conmoción." que mostró este en su comparecencia en la noche electoral. "El domingo un voto masivo le enseñó la puerta de salida", proclamó el portavoz socialista, que tachó de "mal gestor" a su oponente y denunció la "herencia pésima", caracterizada por "más desigualdad y más precariedad", a la altura de "Grecia, Portugal y Polonia". "Las crónicas lo apuntan como uno de los Bruto que apuñalan al César Rajoy", lo provocó en alusión al debate surgido en el seno del PP sobre la candidatura del presidente del Gobierno a la reelección en los comicios generales previstos para final de año.

"No es necesario comprobar mi lealtad todos los días. Es una forma de trabajar desde que me levanto hasta me acuesto", replicó Feijóo, que ya ha apoyado que Rajoy repita como cabeza de cartel, no sin antes devolver la acusación a Romeu, al que afeó haber sido "portavoz de tres secretarios xerais" del PSdeG, en alusión a Emilio Pérez Touriño, Pachi Vázquez y José Ramón Gómez Besteiro. "¿Habló de apuñalar a quién?", ironizó.

En su réplica, el presidente autonómico presumió de gestión, aparcó la autocrítica y arremetió contra los socialistas, con datos que probablemente contenían la carpeta que tenía en su escaño con las letras PSOE. "Se mofa de los votantes mayoritarios del PP y de que el partido ganase el 65% de alcaldías", comenzó.

"Sigue un manual para no abordar sus problemas internos y seguir de victoria en victoria hasta el fracaso final", añadió en alusión al bajó de 23.000 votos socialistas y a su paso a ser tercera fuerza en A Coruña, Santiago, Ferrol y Ourense, a pesar de que mediante pactos logrará tres de cuatro diputaciones. Para Romeu los cerca de 200 concellos que podrá gobernar el PP es "una parte minoritaria del poder local".

Por su parte, la diputada del grupo mixto Consuelo Martínez consideró que el 24-M deja como "gran perdedor al PP", que se aferra a la "propaganda" para ocultar el resultado. Además, tachó de inexistente la política industrial de la Xunta. En su réplica, Feijóo, que recordó que su formación, a pesar de caer nueve puntos hasta el 35% de votos dejó a diez de distancia al PSdeG, reconoció que la economía "creció menos" de lo deseado el año pasado, pero confió en que en 2015 las cifras mejoren gracias al empuje del naval y la automoción.