El batacazo electoral sufrido el 24-M por el PP gallego provocó cuatro días después la reunión de la cúpula del partido, tras la que su líder, Alberto Núñez Feijóo, anunció una renovación de "equipos, políticas y actitudes". Pero los congresos en que se plasmarán esos cambios para reforzar al partido tras perder 184.000 votos se pospondrán hasta después de las elecciones generales, previstas para final de año, y así cumplir los deseos de la dirección nacional de la calle Génova.

Feijóo condicionó los cambios a nivel provincial y local al calendario que fijase Madrid, pero insinuó su preferencia por acometerlos antes de las generales y así preparar a su formación no solo para esta cita, sino también para las autonómicas de 2016. El congreso gallego ya estaba previsto para después de los citados comicios en los que se elegirá la composición del Congreso, en los que en el PP comienza debatirse la idoneidad de que Mariano Rajoy repita como cabeza de cartel para poder mantener la Presidencia del Gobierno.

El lunes, sin embargo, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, apostó en una reunión de la cúpula nacional por paralizar cualquier proceso hasta después de las generales. "No es momento de originalidades ni de congresos", sostuvo, según revelaron ABC y Cadena SER. Sus palabras se referían a las renovaciones a nivel autonómico, donde el PP ha perdido feudos como la Comunidad Valenciana o Baleares y después de que el barón de esta última, José Ramón Bauzá, anunciase relevos inminentes. Con esta hoja de ruta, los únicos relevos que se producirían ya serían los que estudia Rajoy tanto en la dirección del partido como incluso en el Ejecutivo.

En Galicia no estaba previsto celebrar antes de los comicios el congreso autonómico -todos necesitan el visto bueno del comité ejecutivo de Génova-, aunque sí en julio una ponencia política. Aun así, entienden que las palabras de Cospedal afectan a todos los procesos, incluidos los ámbitos provincial y municipal. El propio secretario xeral de los populares gallegos, Alfonso Rueda, certificó la intención de cumplir el calendario que fije Génova 13 para "cambiar actitudes y estar mucho más en las calles", tras "la gestión difícil de estos años".

En el seno de la formación dirigida por Feijóo, se citan como nombres que podrían dejar sus puestos a Carlos Negreira y Rafael Louzán, responsables provinciales en A Coruña y Pontevedra. El primero empató en ediles con la Marea Atlántica y su partido perderá además de la Alcaldía de A Coruña, las de Santiago y Ferrol, así como la Diputación. El segundo trata de mantener la Presidencia de la corporación provincial, pero el PP la perderá por primera vez en 32 años. Aunque Louzán anunció que dimitiría si no lograba mantener el puesto, apostó por continuar al frente del PP provincial.

La derrota electoral, sin embargo, no ha impedido que dos exconselleiros se postulen para tomar las riendas del partido a nivel local. Elena Muñoz perdió seis ediles y quedó como segunda fuerza en Vigo y Agustín Hernández se vio superado por Compostela Aberta en la capital gallega y dejó el partido en nueve asientos, cuatro menos que en 2011, lastrado por los escándalos de la era Conde Roa.