La Xunta se propone convertir el aeródromo de Rozas, situado en el municipio lucense de Castro de Rei, en el mayor polo de innovación sobre aviones no tripulados para uso civil y comercial. Hace dos semanas, el Ejecutivo gallego comprometió una inversión de hasta 45 millones de euros para este proyecto hasta el año 2020. Ayer se abrió el plazo, que concluye el próximo lunes día 22, para que las empresas interesadas, tanto para ser escogidas como socios tecnológicos como para participar en los procesos de compra pública innovadora que se llevarán a cabo el año que viene, presenten sus propuestas.

La compañía o compañías que se sumen a este proyecto integrarán en él a centros tecnológicos y de investigación gallegos capaces de generar conocimiento en áreas como los sistemas de comunicación y a empresas, también gallegas, del sector aeronáutico y otros, como los auxiliares del metal o los de naval y automoción, "que tendrán aquí una oportunidad para impulsar su diversificación", según informó la Xunta en un comunicado.

El Ejecutivo autonómico señala en su escrito que las empresas que compitan por el contrato deberán acreditar capacidad para investigar la aplicación de los sistemas aéreos no tripulados de uso civil a los retos expuestos por la propia Xunta en los campos de la prevención y extinción de incendios, la gestión de catástrofes, el salvamento marítimo, el inventario y la gestión integral del territorio, el control del furtivismo, la elaboración de mapas de riesgo, la vigilancia costera o la gestión de flujos turísticos.

El proceso que se inició ayer con la publicación en el Diario Oficial de Galicia (DOG) concluirá a finales de año con la contratación de uno o varios socios clave para el desarrollo de un abanico de tecnologías en sistemas aéreos civiles no tripulados "creadas, desarrolladas, fabricadas y probadas en Galicia", que pondrá a la comunidad en situación de competir en un mercado que se estima de 67.000 millones de euros en 2020 y que situaría a Rozas como "un referente en Europa" en el ámbito de las tecnologías en aviones no tripulados para aplicaciones civiles.

El uso de los drones será de gran utilidad en sectores estratégicos de la economía gallega. En la actividad pesquera, se buscarán aplicaciones por ejemplo para la localización de bancos de pesca o la gestión con más información de mareas rojas y facilitará la vigilancia de la contaminación y el furtivismo.

En el campo de la agricultura esta tecnología permitirá mejorar la capacidad para localizar recursos hídricos, así como para sembrar, fumigar o inspeccionar cultivos. Y, en el sector forestal, estos dispositivos aportan grandes ventajas a la hora de controlar incendios o plagas que puedan afectar a nuestros montes.