El tasazo de Gallardón y el descenso de denuncias y conflictos derivados de la crisis debido a la leve mejoría económica han permitido reducir las montañas de causas que se acumulaban en los juzgados del país. No solo ha descendido el número de asuntos judicializados sino que también han disminuido las sentencias pendientes de ejecutar. En el caso de Galicia, que se mantiene entre las comunidades con menos litigiosidad -la tercera (37,11 asuntos por cada mil habitantes) por detrás de País Vasco (32,20) y La Rioja (32,03)-, los tribunales cerraron el primer trimestre como los quintos más colapsados, por detrás de Castilla-La Mancha, Murcia, La Rioja y Valencia.

Entre enero y marzo, los órganos judiciales gallegos ingresaron un total de 116.045 asuntos, lo que supone una media de 1.290 cada día. Esta cifra supone un leve descenso (-1,5%) respecto a las 117.823 causas contabilizadas en el mismo periodo del año pasado (1.310 diarias), según la radiografía de la actividad judicial divulgada ayer por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Pese a que los juzgados de la comunidad están entre los que registran una elevada tasa de congestión, no son los que se enfrentan a un mayor número de asuntos por órgano judicial. De hecho Galicia cerró el primer trimestre como la quinta autonomía con la cifra de litigios que asume cada tribunal más baja: una media de 451 asuntos por órgano judicial. Le siguen en la lista con menos carga de trabajo Aragón (450), Castilla y León (434), Asturias (390) y La Rioja (351). En el extremo opuesto, con los juzgados más saturados están Andalucía (675); Madrid (651), Comunidad Valenciana (586) y Canarias (550).

Aunque la cifra de asuntos sin resolver en Galicia está lejos de la que había a principios de la década pasada, si se mantiene el ritmo de los tres últimos años se podría bajar a medio plazo de los 150.000 asuntos pendientes al cierre de ejercicio. ¿A qué se debe este descenso de asuntos pendientes? Varios factores resultan claves para aliviar el atasco que arrastran los juzgados gallegos desde hace años. El descenso de la litigiosidad que evitó que la bolsa de pendencia continuase engrosando -en esta caída incidió las entrada en vigor en noviembre de 2012 de las nuevas tasas judiciales, eliminadas el pasado mes de marzo-, y el esfuerzo de las plantillas judiciales, que consiguen sacar adelante más trabajo del que ingresan.

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En cuanto a la ejecución de sentencias, en los tres primeros meses del año se dictaron en la comunidad un total de 22.055, casi un 6,8% menos que el mismo periodo del año anterior. Y al cierre del trimestre, quedaban pendientes de ejecutar casi 123.500 sentencias, un 5% menos que en 2014.