Galicia es considerado el lugar con mayor potencialidad forestal de la Unión Europea. Es la novena potencia a nivel continental. Casi dos tercios del territorio son zona forestal. La mitad de la madera que se corta en España procede de los montes gallegos. Las empresas relacionadas con este sector representan, según datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), casi el 2% de la economía gallega. Si su impacto se mide en términos de empleo crece hasta el 3%. La industria de la madera y del mueble cerró el pasado ejercicio con un crecimiento de su facturación del 4,5%.

Después de tres años consecutivos de caída, en 2013 inició una tímida recuperación (2,6%) que se ha confirmado en 2014. Sin embargo, estas buenas cifras esconden otros datos negativos. La facturación de la industria de la primera transformación que fabrica productos semielaborados (empresas de tableros y aserraderos y preparación industrial de la madera) aumentó el pasado ejercicio un 12,7%. Pero la segunda, que proporciona productos finales (empresas de envases y embalajes, de muebles, carpinterías...) cayó el 3%.

Es cierto, que la primera es mucho más relevante. El 79% de la facturación (1.386 millones) de todo el sector es suya, pero la segunda encadena siete años consecutivos de descensos. Desde 2007, el negocio de las empresas de carpintería y mueble se ha desplomado un 53%. De 774 a 358 millones. El 55% de este volumen corresponde a firmas de carpintería y el 45%, a mobiliario.

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Para el presidente de la Confederación de Empresas de la Madera de Galicia (Confemadera Hábitat Galicia), Elier Ojea, existen varias causas que explican esta crisis de las empresas de la segunda transformación. "En la comunidad, la primera transformación tiene un impacto mucho mayor que la segunda. La primera ya ha realizado una renovación y ha hecho los deberes, pero la segunda está caracterizada por el minifundismo y no se arriesga con renovaciones", asegura.

En Galicia existen grandes carpinteros como Cándido Hermida, pero "son anécdotas", apunta Ojea, quien cree necesario que las empresas del mueble aumenten su tamaño para poder acceder a otros mercados. "No pueden salir de Galicia porque no tienen músculo", apunta. También considera que estar a más de 500 kilómetros de los principales centros de consumo es un handicap para estas pequeñas compañías.

En cuanto a los diferentes subsectores de la industria de primera transformación, las empresas de rematantes cerraron 2014 con una facturación de 404 millones (12 más que en 2013). El volumen de negocio de los aserradores fue de 207 millones (43 millones más) y la industria del tablero y pasta alcanzó los 685 (32 más).

El crecimiento del sector, en global, se sustenta en una leve recuperación de la demanda de productos de madera del mercado nacional, según explican fuentes del sector, y en la consolidación de la demanda de aquellos mercados internacionales que la industria gallega ha logrado en los últimos años.

Galicia, que cuenta con 3.000 empresas dedicadas al sector de la madera y que dan empleo directo a 22.000 personas y de forma indirecta a 48.000, sigue siendo una comunidad, sobre todo, exportadora de productos de madera. Además, su balanza comercial es positiva. Por segundo año consecutivo, mantuvo el liderazgo nacional de las exportaciones de madera y mueble (567 millones). Le siguieron muy de cerca la Comunidad Valenciana (553) y Cataluña (550).

A los 567 millones que obtuvo Galicia hay que añadirle las exportaciones de pasta por lo que el valor total de las ventas de productos de madera en 2014 ascendió 749 millones. Es el 25,8% del total nacional. La industria de la madera gallega exporta, sobre todo, a Portugal (212 millones); Francia (30) y Francia (17).