La medida incluida en el borrador del decreto de deyecciones ganaderas que ha provocado un mayor rechazo en el sector es que todas las modificaciones han de hacerse antes de tres años. "En tres años es imposible hacer las reformas. Es imposible. Una ruina. Deben ampliar los plazos, sino sería una locura", alerta Jorge Vázquez, quien insiste en que en estos momentos es "inviable" realizar los cambios. Óscar Pose es más directo. "No lo vamos a permitir", afirma. Los sindicatos agrarios tenían hasta el 14 de julio para presentar las alegaciones, que esperan que sean atendidas por la Consellería de Medio Rural, aunque, apunta Óscar Pose, "últimamente la consellería se escucha a sí misma y nada más". No existen plazos para que se apruebe el decreto. En la reunión que mantuvieron con Rosa Quintana se acordó la creación de una mesa de trabajo en la que estuviesen presentes todas las partes.