El fuego volvió ayer a castigar espacios naturales protegidos. Un incendio en la parroquia de Vilamor, en el concello coruñés de Toques, afecta ya a unas 160 hectáreas de Red Natura. Y además otro fuego declarado en Teo, limítrofe con Santiago, obligó a declarar el nivel dos de alerta y a desalojar alguna de las casas próximas a las llamas. El fuego de Toques comenzó a las 12.15 horas de ayer y en su extinción trabajaron seis agentes forestales, 18 brigadas, 12 motobombas, dos palas, siete helicópteros y nueve aviones.

En Teo, un incendio registrado en la parroquia de Cacheiras a las 17.44 horas obligó a decretar el nivel dos de alerta debido a su proximidad a las casas. Además, se cortó al tráfico un tramo de la autopista que une Teo y A Estrada. En el municipio coruñés de Lousame un incendio declarado a las 15.15 horas de ayer en la parroquia de Tállara afecta a unas 70 hectáreas, según las cifras provisionales. Ha quedado controlado sobre las 11.15 horas de esta mañana y en su extinción participan un técnico, seis agentes forestales, 18 brigadas, siete motobombas, dos palas y cinco helicópteros. También continúa controlado el fuego que obligó a desalojar el camping de Corrubedo, en el ayuntamiento de Ribeira (A Coruña), desde las 11.00 horas de ayer. La superficie afectada es de 35 hectáreas.

En la provincia de Pontevedra los incendios se concentraron en núcleos de Caldas y Vilagarcía. Uno o varios individuos provocaron un incendio en el monte del municipio pontevedrés de Caldas. Los miembros de Protección Civil de la zona recibieron la primera de las llamadas sobre la medianoche. Un incendio forestal de 9.000 metros cuadrados, casi una hectárea estaba asolando un monte en Bemil. El fuego llegó a aproximarse bastante a las casas, pero afortunadamente no afectó a ninguna.

Mientras trabajaban en este incendio, los agentes de emergencias recibieron un segundo aviso alertando de la existencia de otro foco en Godos, también parroquia de Caldas. En este lugar ardieron cerca de 1000 metros de monte.

La siguiente llamada que recibieron los efectivos los llevó a personarse en O Alto do Pousadoiro, concello de Vilagarcía, situado a tan solo un kilómetro del anterior. Debido a la fuerza y cambio constante del viendo, los servicios de emergencias no pudieron adentrarse en el monte y tuvieron que empezar por controlar un flanco y esperar a que el viento cambiase para poder extinguirlo.

El siguiente foco se produjo minutos más tarde en Arcos da Condesa, parroquia de Caldas, causando también una importante pérdida de terreno. El último de los fuegos se produjo en el lugar de Paraimas, en Saiar, municipio de Caldas, separado del anterior por solo ocho kilómetros, donde en este caso afectó a una plantación de kiwis. Los efectivos aseguraron que hubo momento en los que el fuego llegó a estar muy próximo a las viviendas.

En total, se quemaron cerca de dos hectáreas de monte. Los agentes vieron un vehículo sospechoso en varias de las localizaciones por lo que, además de confirmarse la hipótesis de que fueron provocados, comenzaron a buscar al o a los individuos que pueden estar detrás de los focos. El caso está en manos de la policía autonómica, que por el momento no llevó a cabo ninguna detención.

Si el cielo del sur de Galicia se tiñó de gris no fue solo producto de los fuegos que se produjeron en la comunidad gallega. Toda la zona de las Rías Baixas quedó cubierta bajo el oscuro humo de los fuegos portugueses durante toda la jornada de ayer. Dos grandes incendios en el norte de Portugal, ayudados por la acción del viento, dejaron su seña en forma de humo en Pontevedra y Vigo, sobre todo en los municipios de A Guarda y Tomiño.