Los incendiarios no dan tregua a Galicia y en la madrugada del martes intensificaron su actividad, con hasta 41 incendios entre las 21.00 horas del lunes y las 09.00 del martes, horas en las que ya no calienta el sol y los medios de extinción tienen más dificultades para combatir el fuego.

A la vista de estos datos, y después de un fin de semana, con 134 incendios, de los cuales el 40% arrancaron a la luz de la luna, la Xunta se reafirmaba ayer en su discurso de la criminalidad de los incendios. El presidente del Ejecutivo autonómico, Alberto Núñez Feijóo, advertía de que los medios de extinción están "al límite" ante "una actividad incendiaria que no se viera en los últimos años". "Esta actividad incendiaria hacía tiempo que no la recordábamos", remarcó el titular de la Xunta. La última gran ola de incendios en Galicia se produjo en 2006, cuando gobernaba el bipartito. En la primera quincena de agosto habían ardido 86.000 hectáreas.

Feijóo fue más allá y denunció que "hay una actividad criminal e incendiaria muy interesada en provocar un caos en Galicia", aunque "de momento" "no lo está consiguiendo". Explicó que pese al "número de incendios, somos capaces de apagarlos y apagarlos muy rápido" y defendió la labor del dispositivo de extinción, aunque los medios son "limitados".

El presidente del Gobierno autonómico pidió colaboración ciudadana: "Ayuden a que no se queme nuestro propio patrimonio".

En la madrugada del sábado, empezaron 11 fuegos, en la del domingo, 28, en la del lunes, 13, y el récord se batió ayer con tres incendios por hora. La Consellería de Medio Rural informaba ayer de siete fuegos que empezaron entre el lunes y el martes y arrasaron 565 hectáreas. El más importante era el de Viana do Bolo, en Ourense, que se originó a las 21.30 horas de la noche del lunes y quemó 294 hectáreas de Red Natura. Con cinco focos de inicio, las llamas llegaron hasta Zamora. Ayer por la noche, el departamento que dirige Rosa Quintana, informaba de que estaba estabilizado. Los incendios, a la espera de que las lluvias y la bajada de temperaturas minimicen los efectos del fuego, azotaron ayer sobre todo a la provincia de Ourense. Desde la medianoche del lunes, permanece activo un incendio en la parroquia de Castro de Beiro, en el municipio de Ourense. En este caso la superficie afectada, según las estimaciones provisionales, es de en torno a 30 hectáreas.En Entrimo, un incendio que se inició a las 17.50 horas del lunes en la parroquia de Pereira, calcinó 21 hectáreas, de ellas 20,5 de monte raso, dentro del Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés y permanece controlado desde las 17.00 horas de ayer. También está controlado desde pasadas las 16.00 de ayer el fuego que se declaró el domingo en la parroquia de Vilariño, en Pereiro de Aguiar y que el lunes obligó a decretar el nivel de alerta dos por la proximidad de las llamas a viviendas. Se calcinaron 30 hectáreas.

La parroquia de Carnés, en el municipio coruñés de Vimianzo fue pasto de las llamas por un incendio que se originó en la madrugada del lunes y que quedó controladas a las 13.02 horas de ayer. La superficie calcinada se ha elevado a 131,33 hectáreas y en la zona trabajan diez agentes forestales, 14 brigadas, 12 motobombas y dos palas.