Y llegó la lluvia y con ella una tregua a la oleada de incendios que asolaron en los últimos días a la comunidad autónoma. Durante la jornada de ayer el agua se convirtió en el mejor aliado de los servicios de extinción para terminar de sofocar los fuegos que quedaban pendientes.

Ya por la mañana quedaron extinguidos dos incendios, uno en una parroquia de la ciudad de Ourense y el otro en A Merca. El registrado en la capital de la provincia, en la zona de Castro do Beiro, fue sofocado a las nueve de la mañana tras quemar 30 hectáreas. El otro, en A Merca, se había iniciado en la tarde del miércoles pero logró ser apagado ya de madrugada tras arrasar 25 hectáreas y obligar a decretar la alerta dos por su proximidad a las casas.

Y por la tarde se sofocó también el incendio registrado en el municipio ourensano de Oímbra, tras quemar 40 hectáreas de monte raso. Este fuego se había iniciado a las 23.04 horas del miércoles y quedó extinguido a las 17.50 de ayer.