Poco queda del país del millón de vacas, como se conoció Galicia durante años. El lácteo gallego vive este año una de sus peores crisis con precios por debajo de la media estatal que pone al borde de la desaparición a unas 2.500 explotaciones, el 30% del total en la comunidad. Pero la despoblación del rural ha provocado el abandono de la actividad año tras año con el cierre de una media de 500 granjas cada campaña debido al éxodo a las ciudades y a sus áreas urbanas centradas en el sector servicios.

Solo en los años de crisis el campo sirvió de refugio para los desempleados de otros sectores, pero la época de vacas flacas que vive el lácteo desde 2008 tampoco permite subsistir a todas las explotaciones ni generar empleo. Eso explica que las granjas de la comunidad hayan reducido su cabaña en casi un 30% en una década, al pasar de 754.514 registradas a las 542.812 de 2012, según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE). La secretaria xeral del Sindicato Labrego Galego (SLG), Isabel Vilalba, recalcó ayer en la tractorada celebrada en Curtis (A Coruña) que desde 2002, Galicia pasó de 27.000 granjas de leche a situarse por debajo de las 9.800, lo que supone una caída de casi el 65%.

La provincia de A Coruña supera esa media con una reducción del 36%, frente al descenso de la cuarta parte en Pontevedra y en Lugo y el 17% menos de vacas que hay en Ourense. En cifras absolutas, A Coruña y Lugo concentran el 80% del ganado bovino en Galicia con 339.416 reses en las explotaciones lucenses y 307.140 en las coruñesas.

En casi 90 concellos gallegos -30 en A Coruña, 33 en Pontevedra, 22 en Ourense y dos en Ourense- el abandono del campo se hizo más patente en esta década porque en núcleos próximos a las ciudades se redujo el tamaño de las explotaciones en más de la mitad de reses. En una treintena de ayuntamientos las granjas se quedaron sin el 80% de sus vacas. Destaca la evolución en los municipios pontevedreses de Catoira, Cambados y Poio, que ya hace 12 años apenas contaban con una cabaña de 40 animales pero en 2012 el IGE solo tenía constancia de un solo ejemplar en cada caso.

En la provincia de A Coruña los ejemplos más llamativos son los de Oleiros, Sada y Dodro, que perdieron también casi el 90% de las vacas de sus explotaciones. En la comarca de A Coruña todos los ayuntamientos que la integran -A Coruña, Abegondo, Arteixo, Bergondo, Cambre, Culleredo, Oleiros y Sada- las explotaciones cuentan con menos de la mitad de vacas que en 2002. En total, casi 4.000 reses menos en diez años, al pasar de 7.119 a 3.189.

La comarca de O Morrazo (Pontevedra) es la más afectada por la sangría del rural con un 84% menos de animales -de 130 a 20- seguida de las coruñesas de Muros y Noia con un 68% y un 66% menos respectivamente.

El lácteo todavía es el motor del rural gallego y los campos de Santa Comba y A Pastoriza son en los que más vacas se ven con una cabaña de 18.332 y 18.366 en cada caso. Le siguen las 15.514 reses de las explotaciones de Sarria. La otra cara de la moneda la representa los concellos ourensanos de Pontedeva y Larouco donde no consta ninguna granja.