Los ganaderos gallegos pocas expectativas tenían puestas en la reunión de trabajo mantenida ayer entre la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, y sus homólogos de Francia, Stéphane Le Foll; Italia, Maurizio Martina; y Portugal, Assunçao Cristas, para preparar el Consejo de Ministros de la UE sobre la crisis del sector lácteo. "Solo se ponen de acuerdo para fijar los precios de las eléctricas o del petróleo", ironizaba horas antes del encuentro el coordinador de la Federación Rural Galega en Lugo, Elías Somoza.

Desde hace semanas, los productores lácteos de la comunidad, los que menos perciben de toda España por cada litro de leche que sale de sus explotaciones, reclaman la implantación de "precios orientativos" que les permitan cubrir los costes de producción.

Ante la negativa del Ejecutivo de fijar un precio mínimo por considerarlo "ilegal", los ganaderos cargaron contra la negativa de la Administración a colaborar para atajar una crisis que ha puesto al borde del cierre a unas 2.500 granjas en Galicia, el 30% del total en la comunidad.

Reprocharon además al Ministerio de Agricultura que ahora se plantee ampliar las ayudas de 300 euros por vaca a las explotaciones con más dificultades. Para los productores gallegos, este medida solo busca "desmovilizar" al sector.

Pero los ganaderos gallegos mantienen su calendario de movilizaciones. La Plataforma en Defensa do Sector Lácteo espera reunir el jueves de la próxima semana a más de 1.000 tractores en la protesta convocada en Lugo para rodear la Muralla. Los convocantes esperan la complicidad del comercio y de los negocios, "que se visualice con un cierre o con su presencia en la manifestación", pero también que las administraciones "comprendan que es un tema social, no solo económico", según advirtió ayer la secretaria de Organización de Unións Agrarias, Verónica Marcos.