El sector del ladrillo dio pequeñas señales de recuperación económica en 2014. Esa leve mejora iniciada el año pasado se mantuvo el primer semestre de este, marcado por las elecciones municipales del 24-M. Este es el cóctel en el que confía la patronal gallega de la construcción para alcanzar este ejercicio los mil millones en obra pública, casi un 30% más que los casi 782 millones con los que cerró el año pasado y en el que la Xunta y los concellos ya habían aumentado los contratos más de un 50%.

Según un informe elaborado por la Federación Gallega de la Construcción, los datos de los últimos cinco años revelan la desaparición de casi la mitad de las empresas que trabajan con las distintas administraciones en la comunidad. El ejercicio 2011 marcó la brusca caída (de 983 adjudicatarias de obra pública a 599) que continuó con descensos año tras año hasta repuntar el año pasado, en el que se volvió a alcanzar un número de empresas similar al de 2011.

En el último quinquenio también se ha producido un brusco descenso de los niveles de inversión, que supuso que en 2014, a pesar del repunte, se haya logrado a duras penas la tercera parte de los que se adjudicaba en 2010. En el primer semestre de 2015, la licitación de obra pública en Galicia superó los 538 millones de euros, un 2% más que el mismo periodo del año pasado. Pese a la cita con las urnas el 24-M, no en todas las comunidades se inyectaron más fondos a las constructoras. De hecho, en Andalucía, Asturias, Cantabria, Cataluña, Extremadura, Murcia y La Rioja la inversión en obra pública cayó entre enero y junio. En el caso de la administración autonómica, la Xunta inyectó en los primeros seis meses del año más de 105 millones de euros al sector del ladrillo, casi un 34% más que el primer semestre de 2014.