En el mapa de los ayuntamientos más castigados en España por las llamas están prácticamente todos los gallegos. Hasta un total de 78 concellos están marcados en rojo por parte del Ministerio de Medio Ambiente, ya que están entre los 100 municipios con más actividad incendiaria. Cualedro, donde el sábado comenzó un incendio que redujo a cenizas unas 3.000 hectáreas de monte, está en esta lista negra por su elevado número de incendios. De hecho, ocupa el puesto número 27 entre los cien ayuntamientos del país con más fuegos entre 2001 y 2013, periodo en el que el concello ourensano sufrió un total 736 incendios que arrasaron 6.618 hectáreas.

Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, durante ese período los incendios forestales devoraron el 72,9% de su superficie forestal, lo que sitúa a este concello que el domingo sufrió el segundo mayor fuego del siglo en Galicia como el tercero de Galicia en porcentaje de monte quemado desde 2001.

La Consellería de Medio Rural dio por controlado ayer por la mañana el incendio. En los trabajos de control participan 3 técnicos, 34 agentes forestales, 79 brigadas, 36 motobombas, 6 palas, 8 helicópteros y 9 aviones.

Las llamas en Cualedro y los tres concellos limítrofes a los que se extendieron dejaron heridos a su paso. Es el caso de un ganadero de Trasmiras: José Antonio Alonso luchó contra el fuego y ayudó a los vecinos a salvar sus propiedades. Se sobrepuso al calor y el humo en varias ocasiones y sobrevivió al envite directo del fuego que le pasó por encima cuando corría en tractor a proteger su granja de Trasmiras. Las quemaduras no le frenaron y siguió sofocando las llamas una hora más.

Ahora se recupera en el hospital de las quemaduras en la cara y un brazo sufridas el domingo por la tarde. Una llamarada lo envolvió cuando se dirigía en tractor a su granja para tratar de salvar las 300 cabezas de ganado que son su medio de vida.

En cuestión de segundos, tuvo las llamas encima. "Nunca vi la muerte tan cerca. El fuego pasó de un lado para el otro de la carretera conmigo en medio y me protegí la cabeza con el brazo", relata, "pensé que me llegaba el final, era un horror, todavía se me caen las lágrimas al recordar...".

Su reacción fue rápida, prosigue. "El fuego me cubrió y aceleré. Pasé entre las llamas y eso fue lo que me salvó, la velocidad y no parar. ¿Qué vas a hacer? O me quemaba allí en medio o tiraba para adelante, es una decisión de milésimas de segundo que había que tomar". En un intento por describir lo que califica de "horror", José Antonio dice que aquello fue "como en las películas", un hombre rodeado por las llamas saliendo de una gran bola de fuego que avanzaba sin control devorando masa forestal.

No se detuvo hasta llegar a su granja y siguió luchando contra el fuego una hora más. Y no paró por el dolor o porque se le agotasen las fuerzas, sino porque el humo era intenso y ya no podía respirar. "Me llegó a los pulmones y empecé a marearme", recuerda. Lo evacuaron en el helicóptero de emergencias al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, CHUO, donde entró con quemaduras graves. Ayer le retiraron el oxígeno y el suero y le quitaron el vendaje del rostro, donde apenas le quedarán cicatrices. Lo peor está en el brazo y todavía seguirá ingresado unos días más.

Días después del incendio, aún se emociona al recordarlo. "Pensé que era mi final y ahora sé que hice bien en acelerar y atravesar el fuego, si me llego a parar no hay salvación".