Año negro en las carreteras de A Coruña y Pontevedra. Pese a que en el conjunto de la red viaria gallega las cifras de accidentalidad se mantienen como en 2014 -un total de 56 fallecidos entre enero y agosto-, los siniestros en las vías coruñesas y pontevedresas se han disparado en lo que va de año.

Casi la mitad de los muertos en el asfalto durante los primeros ocho meses se produjeron en carreteras de la provincia de A Coruña: un total de 27 víctimas mortales. Una cifra que supone un incremento de casi el 70% respecto al mismo periodo del año pasado (16 fallecidos). Pontevedra también cierra las estadísticas de siniestralidad de los primeros ocho meses del año en negativo, con un total de 17 muertos (más del 30% del total en la comunidad y casi un 31% más que los trece registrados en la provincia en 2014).

Por el contrario, la tendencia en Lugo y Ourense se mantiene a la baja. La cifra de accidentalidad mortal más baja la registraron las carreteras ourensanas, con cinco fallecidos frente a los nueve del año pasado, lo que supone un descenso del 44%. En el caso de las vías lucenses, los siniestros se cobraron 7 vidas, un 61% menos que las 18 de los primeros ocho meses de 2014.

Desde enero, el número de fallecidos en las carreteras españolas por el contrario ha descendido: 727 víctimas mortales, 16 menos que el mismo periodo del año pasado, lo que supone una caída del 2%.

Las vacaciones dejaron un total de 18 fallecidos en Galicia, uno más que el verano pasado. En el conjunto del país, los accidentes de tráfico en julio y agosto provocaron 225 fallecidos, cinco más en el año pasado (casi un 2% más), un balance que rompe la tendencia a la baja que se repetía en España a año tras año desde 2006. Entonces se registraron 542 muertes, 22 más que en 2005.

¿A qué se debe el aumento de fallecidos en accidentes de tráfico este verano? Durante la presentación del balance de siniestralidad, la directora general de Tráfico, María Seguí Gómez, apuntó al incremento del número desplazamientos como una de las consecuencias. Durante el verano se registraron en España 81 millones de movimientos de largo recorrido por carretera, 3,4% más que en julio y agosto del año pasado. El 27% de las víctimas mortales ocurrieron en los tramos de especial peligrosidad identificados por la DGT. En concreto, en julio se registraron 104 accidentes en los que fallecieron 113 personas. En agosto, en cambio, se produjeron 96 accidentes que se llevaron la vida de 112 personas. En el caso de Galicia, los viajes por carretera rozaron los nueve millones, un 3,16% respecto a registrados en 2014. El balance de siniestralidad fue el mismo en julio y agosto: nueve fallecidos cada mes en la red viaria gallega.

Otro de los factores que han provocado un repunte de los accidentes de tráfico, según apuntó Seguí, es el envejecimiento del parque de vehículos. El año pasado, la media de edad de los vehículos involucrados en accidentes mortales era de 10,2 años, mientras que este año se ha elevado a 11,7, un año y medio más. Esta subida es todavía más acusada en el caso de motocicletas y ciclomotores, que contaban con dos años y medio más de edad de media que el resto de vehículos durante el año pasado.