Uno de los peros que las organizaciones agrarias ponen al preacuerdo de Madrid es que creen que los productores lácteos no tienen "garantías" de que industria y distribución cumplan los compromisos a los que se adhieren con el documento, por lo que reclaman que se fijen sanciones. Sin embargo, la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, que ayer compareció ante el pleno del Parlamento gallego a petición propia, les tranquilizó al respecto. Aseguró que el texto, que "por primera vez recoge los deberes de industria y distribución", viene avalado por "un compromiso firme del Ministerio de Agricultura para erigirse en garantía". En esa línea, añadió, el departamento dirigido por Isabel García Tejerina va a "llevar a real decreto las cuestiones básicas que recoge el acuerdo, lo que, al darle rango normativo, crearía la obligación de cumplir y la posibilidad de sancionar".

Además, como reclaman las organizaciones agrarias, que tienen prisa en que los beneficios del acuerdo lleguen a los ganaderos, Quintana dijo que podría entrar en vigor el 1 de octubre "si o se demora la firma". Esos fueron algunos de los argumentos que la titular de Medio Rural, en consonancia con lo defendido también desde la Presidencia y Vicepresidencia de la Xunta estos últimos días, empleó ante los diputados para defender que el acuerdo que se debate en Madrid es "positivo para todos" y "la verdadera llave de futuro" para la supervivencia de un sector lácteo que en Galicia se halla en una posición "difícil, complicada y negativa".

"Les pido que animen a todos los ganaderos a que lean este documento. Que vean que en él se pone todo lo que legalmente se puede poner", señaló dirigiéndose a los diputados. Pero aunque Quintana resaltó que el acuerdo, similar al francés, podría dar lugar a un "entendimiento histórico" en el sector y desde el PP gallego, Isabel García Padín llamó también a "empujar todos en la misma dirección", la oposición, que criticó la ausencia del presidente de la Xunta, no comparte su entusiasmo. Todas las formaciones cuestionaron lo que entienden como "inacción" de la Xunta ante el escenario del fin de las cuotas lácteas y se preguntan por qué los ganaderos seguirían con sus movilizaciones -a las que atribuyen las concesiones anunciadas para recuperar el precio por parte de algunas empresas- si el acuerdo fuese tan ventajoso.

Para el diputado socialista Pablo García, la cuestión es que los ganaderos "no se fían" del acuerdo promovido en Madrid, y además el sector "no cree en la Xunta". "Si les valieran los acuerdos se irían para casa", recalcó. Mientras, desde el BNG, Tereixa Paz subrayó que la Xunta insiste en las ayudas cuando "los ganaderos piden precios justos y dignos, no limosnas" y apuntó que los ganaderos "no quieren volver a sus casas sin la garantía de que a partir de ahora los precios para su leche sean justos y suficientes para remunerar su trabajo", señaló Tereixa Paz, del BNG.

Para la diputada Carmen Iglesias, del Grupo Mixto, la "incapacidad" del Gobierno gallego, que dijo que asiste al acuerdo de Madrid "como invitado de piedra", es motivo de dimisión. Antón Sánchez, de AGE, explicó lo que ve como inacción de la Xunta de otro modo: "Mucho blablabla y poco trigo". "Usted no está del lado de los ganaderos", reprochó a Quintana. "Eso hay que demostrarlo con hechos y no palabrería".