La delegada de la Xunta en Vigo, María José Bravo Bosch, defendió ayer que no adjudicó ni una sola obra a la empresa Eiriña, investigada en el marco de la operación Patos por presuntos "amaños" en contratos públicos. Según la policía, existía una "predilección" de la también presidenta del Consorcio del Casco Vello de Vigo por esta empresa en las adjudicaciones. "Soy la única que no le ha dado ninguna obra", se defendió ayer.

La representante de la Xunta en la ciudad viguesa reconoció haber comido con el jefe de Eiriña, Enrique Alonso Pais, pero lo enmarcó en "una reunión política" con un empresario que, según definió, es "una persona de partido".

De momento, están imputadas cinco personas en esta trama que implica a varios concellos, Xunta y Diputación de Pontevedra. En todo caso, la próxima semana la juez que instruye la causa, María del Carmen García Campos, dictará un auto con nuevas imputaciones que, según fuentes cercanas al caso, superarían la quincena. Probablemente además la causa se desgaje y se reparta entre varios tribunales.

Bravo Bosch, sin embargo, no teme ser imputada. "Si viene nos defenderemos", advirtió ayer. "Estoy muy tranquila, tengo la conciencia muy tranquila", aseguró. La delegada de la Xunta en Vigo recalcó que no está "nada preocupada". "Soy lista y me lo esperaba", añadió. De hecho, cree que tras su implicación en esta trama hay "muchas motivaciones". "Veo que hay muchas entidades que sí le han dado obras a Eiriña. Soy la única que no le ha dado ninguna", insistió.

La delegada de la Xunta sugirió incluso que su presencia en el sumario de la Patos puede estar relacionada con asuntos internos del PP de Vigo. Preguntada sobre si hay relación con su intención de presentarse como alternativa a liderar el Partido Popular en la ciudad, se limitó a decir: "Yo no niego nada. Vamos a dejarlo ahí".

En los pinchazos telefónicos, recogidos en el sumario, se desvela como el jefe de gabinete de la delegada de la Xunta le dijo a Pais que era el "enchufado". Bravo Bosch respaldó a su subordinado y le restó importancia. "Tengo plena confianza en él. Se lo pregunté y me dijo que no le consta haberlo dicho y que no se acuerda, que en cualquier caso sería una broma", aclaró.

Y justificó esta conversación en que Pais era "una persona de partido". "Lo conocemos desde hace más de diez años", explicó. "No estaba imputado en ningún procedimiento y teníamos una relación normal", añadió.

Sobre una supuesta comida secreta con el presidente del PP de Vigo, José Manuel Figueroa, y el jefe de Eiriña, la responsable de la Xunta en Vigo negó que fuese en un reservado. "Me llevó mi chófer, está en la agenda y fue en un restaurante con todo el mundo alrededor", defendió. Bravo Bosch acudió a esta comida, según relató, porque Pais le pidió reunirse con el responsble del PP local debido a "ciertas diferencias de apreciación". "Y yo estaba molesta con algunas cosas que veía", añadió. En todo caso, recalcó que fue "una reunión política".