El último año se ha hecho más cuesta arriba para los autónomos gallegos. Pese a que en el conjunto del país las administraciones pagan los recibos a sus proveedores casi un mes antes de lo que lo hacían en septiembre de 2014 -83 días frente a los 111 del mismo mes del año pasado-, en Galicia casi se ha doblado el plazo de espera por parte de los trabajadores por cuenta propia. Si hace un año las administraciones gallegas -Xunta, diputaciones y concellos- ponían al día sus facturas en 38 días, todavía ocho por encima de lo que fija la Ley de Morosidad, en septiembre pasado la demora alcanzó los 68 días.

Esta tendencia en los últimos doce meses convierte a Galicia en la comunidad donde más se disparó la espera por parte de los autónomos (casi un 79%), seguida de cerca por Extremadura un 71,4%, al pasar de 77 a 132 días. Pero no son las únicas donde las administraciones arrastran más atrasos que el ejercicio pasado. En La Rioja, Navarra, País Vasco, Aragón, Baleares, Cantabria, y Madrid también.

Por el contrario, en Andalucía, Asturias, Canarias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia la tendencia fue a la baja; una tendencia que en el conjunto autonómico se tradujo en una disminución en el plazo de pago de 28 días respecto a septiembre del ejercicio pasado, según el último informe de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).

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El estudio, basado en una encuesta sobre autónomos y presentado ayer por el presidente de ATA, Lorenzo Amor, muestra que los plazos de pago medio, sumando el sector público y el privado, se sitúa en 84 días. O lo que es lo mismo, casi tres meses, el triple de lo que fija la ley en el caso de las administraciones y casi un mes más que el límite legal para la empresas. Mientras en las administraciones, el plazo de pago se redujo en casi un mes el último año, las facturas en el sector privado pasaron de abonarse de 81 días en septiembre de 2014 a 85, el mes pasado.

El informe coloca en el punto de mira a las administraciones de Extremadura (132 días), Aragón (126 días) y Cataluña y Baleares (100 días), frente a La Rioja (48 días), País Vasco (49 días) y Navarra (51 días), que son las que antes se ponen al día con sus recibos aunque todavía se quedan por encima de los plazos marcados por el Ministerio de Hacienda.

Según destacan desde ATA, las administraciones autonómicas son las más morosas pero también "las que más han puesto su empeño en pagar a los autónomos de su región", pasando de 130 días de media en septiembre del año pasado a 98 el mes pasado (-24,6%). En el informe, que no dispone de datos desglosados por comunidades de las distintas administraciones, destaca que los sucesivos planes de pago a proveedores promovidos por Hacienda han convertido a los ayuntamientos, que son las administraciones para las que trabajan la mayoría de los autónomos, han sido las que "mayor esfuerzo" están haciendo. En el último año, destaca el informe, los municipios han reducido los plazos de pago a sus proveedores más de un 27%. En total, 25 días menos que en septiembre del año pasado, al pasar a los 67 días de media actuales que tienen que esperar los autónomos para cobrar por las obras o servicios ejecutados en los distintos ayuntamientos.

En el caso de la Administración central, en la actualidad los proveedores tienen que esperar que les paguen por su trabajo 44 días, frente a los 37 de hace una año, lo que supone una semana más.

Sector privado

Los datos del informe de ATA apuntan además que las grandes empresas pagan en 131 días de media, mientras que las transacciones entre autónomos se cobran en 54 días. Andalucía y Extremadura son las comunidades autónomas donde más se tarda en cobrar las facturas entre empresas (96 y 95 días respectivamente), frente a Navarra y Canarias (72 días) y Asturias (77 días), donde menos tardan en cobrar las facturas que emiten. Les siguen en la lista Galicia y Castilla y León (78 días).

"No nos podemos permitir perder el tejido empresarial que se ha mantenido y hemos recuperado durante la crisis", advierte el presidente de ATA, por lo que reclama la consolidación de la creación de empleo y sitúa la "morosidad" como "su principal lacra y freno a la hora de crecer y contratar". "Los problemas se han reducido con respecto al año pasado pero siguen ahí (...) No pagar las deuda con los autónomos supone obstaculizar la consolidación de la recuperación económica y desacelerar la buena marcha del consumo interno", sentencia López Amor.