La Transición en Galicia siempre se ha intentado comparar con la de las otras dos comunidades históricas (Cataluña y País Vasco), pero como reconoce Ramón Villares, catedrático de Historia Contemporánea, "la analogía con el caso catalán (y vasco) estuvo lejos de producirse" ni en el decreto por el que se autorizó la preautonomía ni en la persona que iba a representarla. La opción de una figura a lo Tarradellas era la preferida por algunos exiliados y galleguistas del interior. Pero no llegó a ser realmente viable por el perfil de las personalidades del exilio y su baja relevancia política. Los viejos miembros del Consello de Galiza habían desaparecido y otros carecían del suficiente respaldo. Por eso, al final, no se produjo la llegada desde el exilio de una figura como la del presidente catalán para presidir la Xunta y sí la de un miembro de la UCD.