"Non che hai outra". Xosé Manuel Beiras, portavoz de AGE, llamó ayer a la "unidad popular" de la izquierda rupturista para dar la puntilla a "este fin de ciclo político" de un "régimen corrompido y agónico" y tumbar así al que entiende máximo representante de este sistema: el PP. Es más, este partido se encuentra "caput", según el veterano dirigente, que jalonó su intervención en el debate sobre el estado de la autonomía de acusaciones a las autoridades gallega, estatal y europea.

El discurso de Beiras se articuló en torno al citado cambio de ciclo, que situó a nivel mundial para poner fin al "estalinismo en moldes neoliberales" en el marco del "Cuarto Reich" en que se ha convertido, continuó, la Unión Europea bajo un mandato omnímodo de Alemania, frente a la cual el PP y Feijóo actúan como "lacayos". "La barbarie que encarnan no atiende a razones [...]. Como todos los mercenarios, solo cumplen órdenes de los jefes, caudillos, duces o Fürhers y cuando es necesario la aplican manu militari", añadió.

Un año después de encararse a Feijóo frente al escaño de éste, el líder de Anova mostró formas y tono más comedido, dentro de lo que constituye un discurso en el que acusó de "nazis" a gobierno alemán y de "racista" al israelí. Al PP le cargó siete pecados capitales que serán purgados por una marea ciudadana que emule, a nivel autonómico, las que se presentaron en 70 concellos el pasado mes de mayo y que arrebataron al PP los gobiernos de A Coruña, Ferrol y Santiago. No se quedó ahí, pues también criticó el "arrase caballeresco" en Vigo, en alusión a la victoria del PSOE en la ciudad viguesa, única mayoría absoluta de las urbes. "Está llegando la marea que acabará con ustedes", advirtió al PP.

Los pecados a los que se refirió fueron el "expolio" energético de Galicia; el "robo de las cajas" al venderlas tras sanearlas con 9.000 millones públicos; el "exterminio de los ganaderos"; la precarización laboral y el aumento del paro; los recortes en sanidad y educación, con especial atención a los problemas para la dispensación de medicamentos contra la hepatitis C -"fue un crimen contra los derechos fundamentales", dijo-; el "etnocidio" a través de la política lingüística; y el "ecocidio".

Además, con el debate territorial caldeado, afeó al PP "convertir el estatuto de autonomía en un esqueleto sin músculo, sangre y, sobre todo, cerebro", al tiempo que reivindicó el derecho a la autodeterminación.