El candidato elegido por el PSdeG tras las elecciones municipales para presidir la Diputación de Lugo -el alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, imputado por la obra de una carretera- fue vetado por el Bloque porque no quería un gobierno provincial con imputados y obligó a los socialistas un cambio in extremis que convirtió al alcalde de A Pontenova, Darío Campos, en el nuevo aspirante al bastón de mando. Hubo que esperar cinco meses hasta que los socialistas recuperasen la Presidencia de la Diputación tras una moción de censura ganada gracias al apoyo de Martínez, que en el pleno de investidura de junio había entregado con su abstención el bastón de mando al PP.

El debate se reabre ahora de nuevo porque el presidente de la Diputación anunció que Martínez estará en la institución, a lo que el portavoz nacional del BNG, Xavier Vence, advierte de que no aceptaría la entrada en la institución de ningún imputado. A Campos estas declaraciones no le sentaron nada bien, según dijo ayer a su llegada al Parlamento gallego para asistir al debate de la autonomía. "Las palabras de Vence no me sentaron bien. No es lo que teníamos hablado", aseguró Campos, quien añadió, sin embargo, que se está negociando de nuevo el asunto.

El presidente de la Diputación de Lugo confía en que a final de esta semana o a principios de la próxima esté configurado el nuevo gobierno provincial. En este sentido, recordó que Vence ya habría rectificado este discurso al asegurar que serían los responsables locales y provinciales los que "tomarían la decisión". Por eso, insistió en que el regidor de Becerreá "tiene que estar en ese gobierno" y tendrá responsabilidades en el ejecutivo porque es un diputado del partido y, por tanto, el PSdeG no aceptará ninguna imposición sobre ese tema.

Las palabras de Vence también provocaron la reacción del secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, que pidió al líder de la formación frentista que deje decidir la configuración de la Diputación lucense "sin interferencias". Recordó a su homólogo en el Bloque que después de que prosperase la semana la moción de censura que devolvió el gobierno a la coalición de socialistas y nacionalistas, ahora es el momento de dejar que se repartan las áreas de trabajo de la institución.

A pesar de estas primeras discrepancias, Besteiro no cree que supongan la antesala de problemas entre los dos partidos que integran la diputación lucense porque -afirmó- prefiere pensar "bien y en positivo".