El PSdeG recuperará el mando del órgano de poder local en Galicia el viernes. Hacerse con las tres diputaciones provinciales -A Coruña, Lugo y Pontevedra- y lograr una mayor representación en los ayuntamientos gallegos -pasaron de 981 concejales a 1.031 en las elecciones del 24-M-, permitirá a los socialistas hacerse con la Presidencia de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), que durante los últimos cuatro años estuvo en manos del ahora conselleiro de Política Social, José Manuel Rey. A la espera de ratificar las candidaturas, se presentarán este viernes, día que se celebrará la asamblea general de la Fegamp, se da por hecho que el alcalde de O Barco, Alfredo García, quien se puso al frente de ente municipalista debido a la remodelación del Gobierno de Feijóo, tomará las riendas de la Fegamp los próximos cuatro años.

La previsión, según apuntan desde el PSdeG, es que la vicepresidencia ejecutiva también recaiga en manos socialistas. La fórmula de repartición de voto en la Fegamp se aplica en función de la población y de los 50 votos que suman los socialistas tras haber recuperado la Diputación de Lugo al impulsar una moción de censura con el BNG a principios de mes. Este baremo sitúa a los socialistas con un total de 750 votos frente a los 666 del PP -la mayoría absoluta está en 940-.

Financiación local

Durante los últimos cuatro años, la Presidencia de la Fegamp estuvo en manos de Rey Varela; mientras que el PSdeG ostentó la vicepresidencia primera, con Alfredo García, regidor de O Barco desde 1999, y el BNG la segunda, con Francisco García, alcalde de Allariz.

La nueva etapa del órgano de poder local en Galicia arrancará con la exigencia de una nueva financiación local, la racionalización de la organización territorial local y la mejora de la transparencia.

Para los alcaldes gallegos, esta tiene que ser la legislatura de la nueva financiación local, ya que el actual sistema es, a su juicio, "injusto" porque los parámetros que utiliza Hacienda para el reparto -población, capacidad fiscal y el llamado inverso de capacidad tributaria- genera "desigualdades", "ineficiencias", "desequilibrios" e "inestabilidad" en los ayuntamientos. Ante esas "distorsiones", los ayuntamientos gallegos reclamarán desde la Fegamp al Ejecutivo un modelo que incluya criterios "objetivos" como el envejecimiento, la superficie o las entidades de la población y que tenga en cuenta el coste que asumen en la prestación de los servicios.

Ya en el pasado mandato municipal, los alcaldes amenazaron con devolver competencias a la Xunta, las denominadas impropias (mantenimiento de los centros de salud y colegios, así como la prestación de servicios sociales) si el Gobierno autonómico no aportaba recursos para financiar estos servicios.

El actual modelo de financiación local, según advierten los regidores gallegos, "discrimina" a los municipios según el número de habitantes al "primar" a los que tienen más vecinos. La "gran incidencia" de este parámetro se produce cuando un ayuntamiento desciende de tramo. Solo en los últimos cinco años, siete concellos pasaron al grupo de los que no superan los 1.000 habitantes y otros cinco se quedaron por debajo de los 5.000 vecinos.

Sobre el esfuerzo fiscal, los ayuntamientos gallegos tachan de "injusta" la metodología porque "pretende valorar la corresponsabilidad fiscal pero acaba favoreciendo a los municipios con más capacidad económica". Esta situación, sostienen, produce un incremento del desequilibrio financiero entre los distintos ayuntamientos. Y en cuanto a la tercera pata del sistema de reparto, el llamado inverso de la capacidad tributaria supone una mayor aportación de fondos a los ayuntamientos con menos posibilidades recaudatorias.