Abanca continúa con su estrategia de desinversiones en su cartera de participadas tras la adquisición por parte de Banesco hace dos años.

La entidad ya no tiene prisa por las ventas después de que la Comisión Europea relajara las imposiciones derivadas de su rescate, con 5.400 millones de euros, una vez formalizada la adjudicación al grupo venezolano. Pero su intención sigue siendo firme. Adelgazar lo que no sea su negocio puramente financiero, con excepciones en aquellas empresas que considere estratégicas para la economía gallega.

Ahora le ha tocado el turno a la concesionaria que gestiona la Autovía do Barbanza, la AG-11, que une Padrón con la localidad de Ribeira. Abanca mantenía un 10% del capital que ha comprado Sacyr. Con esta adquisición Sacyr es ahora la propietaria del 100% de la sociedad.

Ninguna de las dos partes ha desvelado el montante total de la operación, anunciada ayer en el Registro Mercantil con la salida de Abanca del consejo de administración. La sociedad cuenta con un capital de 9,4 millones de euros. La cifra de negocio alcanzó en 2014 los 6,7 millones y el beneficio 428.000 euros tras una caída del 67% respecto a 2013.

La Autovía do Barbanza fue una de las vías que tuvo que ser rescatada por la Xunta. La concesión se financia con el canon abonado por las arcas autonómicas en función de los tráficos que recibe.

Entre su inyección y la recibida por las autovías de Celanova y Salnés, el Gobierno gallego desembolsó este año algo más de siete millones de euros para compensar a las empresas gestoras por la caída del paso de vehículos.

67 desinversiones

Desde junio de 2012 y hasta finales del pasado julio, Abanca acumula 67 operaciones de desinversión en las empresas participadas. Las ventas suman 317,3 millones de euros -las plusvalías, que son las ganancias reales por la comparación con el coste de la inversión en su momento, se desconocen-, 108 millones por encima del objetivo que la entidad tenía marcado.