Cinco meses después de la última protesta, los trabajadores de Navantia Ferrol y de las empresas auxiliares volvieron a salir ayer a la calle en una manifestación que partió del astillero y que terminó ante la Delegación de Hacienda. Sus dos principales reivindicaciones fueron más carga de trabajo y la aplicación del III Convenio Colectivo, ya que una sentencia de la Audiencia Nacional anuló el cuarto.

La movilización es la primera que ha convocado el nuevo comité de empresa presidido por Javier Galán (CCOO), tras ser elegido el pasado mes de julio. Galán reconoció que existe "un alto índice de subactividad" en la ocupación de los operarios, con trabajos en la construcción del buque flotel, además del Buque de Acción Marítima (BAM), "cuyo grado de ejecución es apenas inexistente ya que de manera extraoficial se ha comunicado que la puesta de quilla no será por lo menos hasta abril del próximo año". "Hay once bloques, pero no tenemos más donde poner tornillos", resumió de forma gráfica.

El que fuera concejal de Esquerda Unida en la pasada legislatura en el Ayuntamiento de Ferrol también aseguró que el comité de empresa de Navantia Ferrol "no tiene constancia ni existe oficialmente ningún tipo de negociación entre empresa y representantes de los trabajadores para poner en marcha ningún plan de prejubilación".

El alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, que se sumó a esta acción reivindicativa, lamentó que se "deje morir" a un sector económico "vital e irrenunciable" para esta comarca, algo que achacó a una "clara falta de voluntad política".

En la manifestación estuvieron acompañados por los prejubilado de la antigua Izar, y que tras su liquidación ha dado lugar a la actual Navantia. Durante la concentración conocieron que el lunes se llegó a un acuerdo en Madrid entre la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y las organizaciones sindicales, para aplicar a este colectivo las actualizaciones salariales pactadas en sus correspondientes expedientes de regulación de empleo (ERE).