Aclarar qué competencias debe prestar cada administración y definir la financiación. Esa es la meta que se fija para los próximos cuatro años Alfredo García, alcalde de O Barco (PSdeG) y candidato a presidir la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp). Tacha de "paripé" la reforma local cocinada por Hacienda, advierte de la "persecución" a la que el Gobierno central sometió a los ayuntamientos culpándoles de los números rojos de la administración y espera que la nueva legislatura aborde un nuevo modelo de financación ya que el actual es "injusto" para Galicia, en especial para los pequeños concellos.

-Rey Varela dejó su cargo como presidente de la Fegamp con el deseo de que la entidad sea un lugar de encuentro entre alcaldes y otras administraciones. Y dijo que, conociendo a la persona que va a relevar, lo ve "muy factible".

-Está claro que tiene buena opinión de mí? No creo en una Fegamp que para tomar cada acuerdo tenga que votar. Los concellos, seamos de la ideología que seamos, tenemos los mismos problemas y, por tanto, tenemos que ser capaces de llegar a acuerdos entre todos. Esa es nuestra fuerza. Lo ideal es que vayamos todos a la Fegamp llevando como bandera los intereses municipales y no los de partido. Pongo como ejemplo la asamblea para rechazar la Ley de Sostenibilidad Financiera del Gobierno central. Otro gallo hubiera cantado si todas las federaciones, y no nosotros solos, hubieran hecho lo mismo.

-¿Espera reconducir la relación con Hacienda tras la brecha abierta por la reforma local?

-Hay que seguir luchando. La nueva ley dice que no tenemos competencias en una serie de campos pero seguimos prestando los mismos servicios que antes. Esa ley no sirve para nada, fue un paripé para quedar bien con Europa y decir que cambiamos las cosas y que regulamos. El problema es que los concellos tenemos que seguir prestando servicios porque los ciudadanos los necesitan, y pongo como ejemplo los servicios sociales. Pero tenemos que saber con qué financiación. Y para ello hay que saber cuánto cuesta y cuánto pone cada administración. Todo eso tiene que estar perfectamente clarificado.

-¿Dónde falla la reforma local diseñada por Montoro?

-Hay que sentarse y determinar por consenso qué administración presta cada servicio. Una vez se tenga eso claro, hay que hacer una ley de financiación. ¿Por qué los ayuntamientos no negociamos como hacen las comunidades con Hacienda la financiación autonómica? A nosotros nos dan voz, pero al final nos dan lo que decide el Gobierno. Sin más. Nosotros también somos administración, y tan legítima como las demás.

-¿El problema de los ayuntamientos es más de falta de financiación que de competencias?

-Son las dos cosas. Si no tenemos esa competencia nos podemos encontrar con un informe de Intervención que nos diga que no se puede dedicar dinero a ese servicio. Voy a poner un ejemplo: con el superávit no se puede hacer una instalación deportiva que desee un concello. ¿La razón? No tenemos competencias en materia deportiva. Al final son todo problemas en el día a día que hay que reconducir. Yo no digo que se puede gastar lo que no se tiene. De hecho, los ayuntamientos hemos sido la administración que mejor funcionó en materia de deuda y de déficit. Somos la administración que más redujo la deuda. Por tanto, ¿por qué esa persecución a los concellos?

-¿Es excesivo el control de Hacienda sobre los ayuntamientos frente a otras administraciones?

-Yo no digo que no haya control, pero lo que no puede haber es persecución. Y la está habiendo. Nos han hecho los culpables de la deuda, cuando la deuda de los ayuntamientos era relativamente pequeña comparada con la de otras administraciones. Y desde luego no estaba, salvo excepciones, en los ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes, que es a los que más se machacó. Había que hacer cabezas de turco y les tocó a los concellos.

-¿Esta será la legislatura de la reforma de la financiación local?

-Entiendo que sí. Si no está claro que habremos fracasado.

-¿El cálculo del coste efectivo por parte de Hacienda no valdrá para determinar cuál es el gasto óptimo ya que no tiene en cuenta particularidades como la dispersión o el envejecimiento?

-Efectivamente. Es un cuento. Se está reduciendo en muchos casos la política a fotos y frases. Eso fue una frase para un titular de prensa para quedar bien, parecer que se hace algo aunque no se hizo nada. Este Gobierno [central] ha usado mucho esa forma de hacer política.

-Muchos expertos hablaron en los últimos años de la fusión de ayuntamientos. ¿es partidario o apuesta por la agrupación de servicios?

-Es un tema muy complejo dada la planta gallega. Si trazamos un círculo de 15 kilómetros alrededor de Tordesillas, por poner un ejemplo, seguramente que haya 20 o 30 ayuntamientos pequeños que si se fusionan no pase nada. Sería un ayuntamiento mayor y se seguirían prestando los mismos servicios. Pero el problema en Galicia son los efectos de la fusión de un concello que tienen mil habitantes y 50 núcleos de población con el limítrofe que tiene 1.500 y otros 50 núcleos. Al final fusionamos tres o cinco concellos y hacemos uno que no pasa de 6.000 o 7.000 habitantes pero que tiene 200 o 300 núcleos. Por tanto seguimos teniendo un ayuntamiento pequeño con una superficie disparatada. Los estudios habría que centrarlos en la realidad gallega y buscar otras alternativas en la prestación de servicios de manera comarcal. Por ahí es por donde habría que ir: la agrupación en la prestación de servicios. Luego analizando el mapa gallego, también habría concellos que podrían llegar a fusionarse, con un territorio razonable y muchos más habitantes. Habría que evaluar caso por caso y zona por zona. Galicia no es Castilla.

-¿314 concellos es un número excesivo para Galicia?

-Tenemos menos que la provincia de Burgos. Al final, las cifras son mucho o poco pero atendiendo a comparativas. Hay que hablar de esto con claridad y con transparencia y sin posturas previas, y allí donde pueda ser y los vecinos quieran, por supuesto que para adelante. Pero hay que barajar otras alternativas.

-¿Ve necesarias las diputaciones o son un organismo del pasado que debería ser suprimido?

-Es un tema que se presta a todas las interpretaciones. Mientas haya concellos pequeños, alguien tiene que ayudarles. ¿Quién es ese alguien? Pueden ser las diputaciones o la propia Xunta. Es un asunto que no le toca decidir a la Fegamp, sino trabajar para que el servicio que presenten las diputaciones mientras existan sea adecuado, que se centren en aquello para lo que fueron creadas: apoyar a los ayuntamientos pequeños, especialmente a los de menos de 20.000 habitantes.

-A pocas horas de la asamblea para renovar la Fegamp, ¿qué espera del proceso de negociación con las mareas para llegar a formar una lista de consenso?

-Espero que haya acuerdo. Empecé hablando de Fegamp como lugar de encuentro, por tanto las listas tienen que plasmar ese lugar de encuentro, de todos.