Las asociaciones de motoristas gallegas llevan años reivindicando la mejora de la seguridad de las carreteras así como la eliminación de los guardarraíles. En una de sus últimas protestas organizada el pasado abril, moteros de clubes y asociaciones de las cuatro provincias de la comunidad dieron la vuelta a Galicia sobre dos ruedas para reclamar medidas que permitan a los motoristas conducir más seguros por la red viaria gallega. Los afectados ya han logrado algún compromiso por parte de las administraciones. Una de las últimas iniciativas parte del Ministerio de Fomento, que ha publicado en el Boletín Oficial del Estado la licitación de una obra para reforzar los sistemas de contención para motoristas en las vías de competencia estatal en las cuatro provincias gallegas, cuyo presupuesto asciende a 975.451 euros. Las empresas interesadas en hacerse con el proyecto tienen de plazo hasta el 7 de enero del año que viene para presentar sus ofertas en el departamento de contratación de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (Seitt). Los postulantes conocerán qué entidad será la adjudicataria de las obras el 21 de enero.

Las continuas movilizaciones de los motoristas lograron un pequeño avance en 1995 cuando los guardarraíles fueron declarados peligrosos por las decenas de muertes y los daños que causan a los ocupantes de una moto cuando chocan contra ellos.

La Xunta también se comprometió con este colectivo el año pasado para cambiar los guardarraíles más peligrosos. El Gobierno gallego llegó a un acuerdo con las organizaciones Stop Guardarraíles y Asociación Mutua Motera para dotar de sistemas de protección para motoristas a los tramos de mayor accidentalidad para estos vehículos en las carreteras gallegas, que se suman a los 170 kilómetros que la Xunta ya había instalado en las zonas donde se concentraba más volumen de tráfico al día. La Consellería de Infraestruturas se ha marcado como objetivo el año 2020 para que toda la red viaria de Galicia cuente con sistemas de seguridad, al mismo tiempo que garantiza la eliminación de los remates en forma de cola de pez en los extremos de las barreras metálicas que suponen un elevado riesgo en caso de impacto. La instalación de dobles biondas de protección en guardarraíles y la sustitución de los postes en forma de H que actúan como cuchillas por otros más seguros de forma tubular son otras de las barreras de protección que la Administración gallega ha llevado a cabo en las carreteras autonómicas.