Los concellos han sido una de las instituciones que más restricciones han sufrido durante la crisis económica, pero su recaudación fiscal no ha dejado de crecer desde 2011 y el año pasado se situó cerca de los 1.234 millones, la cifra más elevada desde entonces y 98 millones más.

Además, el balance de Hacienda muestra que situaron el gasto en la cifra más elevada desde el cambio de Gobierno en Moncloa que impuso nuevos ajustes a los ayuntamientos, circunstancia que se produjo justo antes de que las urnas decidiesen en mayo la composición de las corporaciones locales. En 2014 el superávit se situó en apenas 59 millones -2.199 de ingresos y 2.140 de gasto-, por los 107 de 2013 y los 218 de 2012. En 2011 los concellos incurrieron en un déficit de 324.

Por tanto, el ejercicio previo a la cita con las urnas mostró un aumento del gasto y de los ingresos. A estos últimos contribuyeron no solo el incremento de la presión fiscal sobre el contribuyente para cuadrar los balances municipales sino que se suma también la mejora de la actividad económica, que repercute a través de la reactivación del sector inmobiliario -licencias de obras e IBI-, la mejora de empleo -más IRPF- o el incremento del consumo -IVA, alcohol, tabaco...-.

En cuatro años, el incremento de los ingresos alcanzó los 98 millones, lo que supone un 8,6% más, si bien con un comportamiento diferente en función de cada impuesto.

En cuanto al gasto, el margen clave de la acción de gobierno se sitúa en el personal y las obras, puesto que el gasto corriente admite poco margen tras años de austeridad. Ambos crecieron y sumaron en total 935 millones, la cifra más abultada desde los 1.193 de 2011 y 19 más que en 2013.