Su producción lechera tiene que respetar unos límites de colonias de gérmenes durante dos meses y de contenido de células somáticas durante tres. Además, en un periodo de medio año no pueden detectarse residuos de antibióticos. Si pasa este control oficial veterinario, una granja lechera puede figurar en el listado de explotaciones en registro de calidad diferenciada, que maneja la Consellería de Medio Rural.

A nivel gallego, hay 5.542 explotaciones que cumplen con estas condiciones, de las que casi la mitad se ubica en tierras de la provincia de A Coruña, que suman en conjunto más de 2.600 granjas que pueden presumir de tener ese plus de calidad. Las instalaciones con calidad suprema pueden perder esta categoría por dos razones: a veces no cumplen con esos parámetros -por lo que quedan excluidas del registro durante seis meses- o sus propietarios echan el cierre, ya sea por falta de relevo generacional o por una crisis continuada que se agravó con el descenso de precios de la leche cruda.

El Instituto Galego de Estatística (IGE) recoge que en 2014 en la provincia coruñesa se contabilizaron un total de 12.575 granjas de vacas, unas 7.865 de carne y las 4.710 restantes de leche. En estas últimas se incluyen las más de 2.600 que figuran en el registro autonómico de calidad diferenciada.

Los concellos coruñeses de mayor tradición lechera son Santa Comba y Mazaricos, ya que cada una supera las 10.000 vacas de leche y son además dos de los municipios de toda Galicia donde el lácteo todavía es el motor del rural gallego. Este potencial explica que ambos ayuntamientos sean los que tienen con más granjas en dicho registro, con 191 explotaciones de calidad diferenciada en Santa Comba y 159 en Mazaricos. Destacan también las 165 instalaciones agrarias de Arzúa o las 130 de Tordoia inscritas en este registro de la Consellería de Medio Rural.

Los veterinarios del departamento autonómico tienen menos trabajo en otros ayuntamientos de la provincia donde apenas hay explotaciones que controlar para comprobar que cumplen los requisitos que se exigen para estar en la lista de calidad diferenciada. En Cambre, Culleredo, Ferrol, Neda, Cee y Mañón solo hay una granja de leche de calidad suprema entre todas con las que cuenta cada uno de estos municipios. La producción lechera de alta gama tampoco está muy arraigada en los concellos de Abegondo, Arteixo, Carral, Laxe, Malpica, Miño, Paderne, Cabanas, Pontedeume, As Pontes, Moeche, Narón, As Somozas, Valdoviño, Cerdido, Ortigueira, Ames, Lousame, Teo o Padrón. En esta veintena de municipios no se llega a la decena de granjas que pueden presumir de este plus de calidad.

De los 91 ayuntamientos de A Coruña en casi 70 -el 80%- existen explotaciones con calidad suprema. Al mismo tiempo, hay una veintena de municipios en los que no se da ningún caso y que coinciden con los que tienen menos tradición lechera. En el área metropolitana coruñesa destacan Betanzos, Oleiros y Sada sin ninguna granja reconocida en el registro de la Xunta. Y tampoco ninguna del ayuntamiento coruñés, que en conjunto apenas tiene 41 instalaciones agrarias sumando las dedicadas a la producción de leche y de carne.