La Audiencia Provincial de A Coruña ha absuelto a dos mandos de la Guardia Civil juzgados la semana pasada tras una denuncia anónima de extorsión a la dueña de un club de alterne de Carballodos mandos de la Guardia Civil juzgados tras una denuncia anónima de extorsión a la dueña de un club de alterne de Carballo para que le devolviese casi 1.300 euros a uno de ellos por considerar que le había cobrado de más. La Sección Segunda de la Audiencia concluye que del testimonio de la madame, los acusados y dos testigos de Asuntos Internos se descarta cualquier extorsión ya que no se ha ejercido "ni violencia ni intimidación" al exigir la devolución del dinero.

Los hechos se remontan a 2012. El agente imputado, que entonces era cabo en Ponteceso, acudió a la casa de citas de Carballo junto a otro agente que no está imputado y de un amigo. Los servicios que demandaron y que pagó con su tarjeta, costaban, según declaró, 700 euros, pero al día siguiente comprobó que la habían cargado 1.980. Ante esto, decidió contactar con el sargento de la Policía Judicial de Carballo para que la propietaria del club de alterne le devolviera lo que le "estafó" de forma amistosa. El sargento citó a la mujer y le pidió el dinero. Ella llegó a entregarle 900 euros en dos pagos. A raíz de un fax anónimo enviado a la Policía Nacional de A Coruña, comenzó la investigación de lo ocurrido.

En la sentencia dictada este martes, los dos mandos de la Guardia Civil, defendidos por el letrado Luis Arbones quedan absueltos del delito de extorsión y del delito de omisión del deber de perseguir delitos por funcionario público. Los magistrados no ven intimidación por parte de los agentes ya que la propietaria accedió a la devolución del dinero y tampoco aprecian en el tono de los mensajes la intimidación propia del delito de extorsión. La propietaria, según recoge el fallo, "no se negaba a la devolución del dinero, sino que únicamente pedía más tiempo para pagar". En modo alguno, concluyen los magistrados, ha quedado probado que la mujer recibiese orden alguna por parte de los acusados para presentarse en el cuartel, para comprometerse a devolver el dinero o para hacer efectivos los pagos parciales. Tampoco aprecian que tras el incidente el local fuese objeto de una mayor vigilancia por parte de la Guardia Civil.