El turismo gallego vive su mejor año desde el inicio de la crisis con récord de viajeros y aumento de ocupación, pero esta recuperación no es suficiente para que los hoteles de la comunidad se decidan a subir los precios para ganar rentabilidad y Galicia deje de estar a la cola, como la segunda autonomía más barata para alojarse. Los buenos resultados del verano se alargaron también al mes de octubre debido al buen tiempo y a la reactivación del consumo con un aumento del 13% en el número de viajeros, hasta los 377.444 el mes pasado, y de un 8% en las pernoctaciones al alcanzar las 698.973, según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Pese a que ya se empieza a notar la temporada baja porque la ocupación en octubre en los hoteles gallegos se quedó en el 34,6%, esta cifra es casi tres puntos superior a la del mismo mes del año pasado y el dato más alto desde el inicio de la recesión. Las provincias atlánticas son las que mejor resisten los meses de menos actividad al superar la media autonómica con un 37% y un 36,4% respectivamente, mientras que en el interior los alojamientos apenas ocuparon la quinta parte de sus habitaciones disponibles. En las ciudades y puntos turísticos también superan las estadísticas de octubre de 2014, pero lejos del 70% de ocupación del verano. Destaca el 52,4% de la capital gallega por el tirón del Camino de Santiago durante todo el año y el 45% de la ciudad coruñesa. Lugo y Ourense junto con las Rías Baixas se mueven entre el 35% y el 43%.

Pasar una noche en un hotel de la comunidad cuesta una media de 54,4 euros en octubre. Solo es más barato alojarse en Asturias con 53,6 euros. La tarifa es casi tres euros más que los 51,6 euros que costaba un cuarto hace un año y es la más elevada de los últimos cuatro años. Pero en comparación con el resto de España, los alojamientos gallegos tendrían que subir 20 euros los precios para equipararse a la media nacional, algo que para el sector es inviable. Según el vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería de Galicia (Cehosga), César Ballesteros, avisa de que a pesar del aumento de la ocupación la demanda no es suficiente como para que los negocios se puedan permitir incrementar sus tarifas. Y mucho menos en temporada baja. "Se aprovechó el verano para subir los precios pero ahora que el turismo vacacional ha descendido y todavía no hay movimiento de turistas de corbata que vienen por negocios toca ajustar las tarifas", señala el representante de Cehosga. Serán las reservas para los próximos meses y las previsiones de eventos y congresos los que marquen si hay posibilidad de encarecer los alojamientos.

Para Ballesteros es el turista nacional el que "da de comer" a los hoteles gallegos, mientras que el turismo internacional sería "el postre" porque es difícil captarlo. El representante de la provincia de A Coruña en el Clúster de Turismo de Galicia, Francisco Canabal, opina, por el contrario, que el futuro para reactivar el sector pasa por fomentar la llegada de visitantes de otros países. Canabal destaca que durante la crisis el mercado nacional se hundió y "poco va a subir", por lo que los turistas tienen que venir de los países de Europa -señala- que ahora también viven horas bajas por el temor de viajar tras los atentados de París del 13-N. Confía en que este año se cierre con un balance positivo aunque avisa de que en los próximos meses será difícil pasar del 30% de ocupación por la sobreoferta hotelera y porque es complicado registrar cifras más altas "en destinos que no hace sol todo el año". Pero aclara que, aún así recuperar los precios es la asignatura pendiente para 2016.