La crisis ha golpeado tanto a ciudadanos de a pie como a empresas. Al lado de las parcelas de promotoras inmobiliarias que protagonizarán en las próximas semanas las subastas en algunos juzgados, algunos se dejan el piso y otros un proyecto que pretendía ir más allá. Por ejemplo, entre las pujas previstas para arrancar el año, se encuentra la de un monte con terreno de labradío que viene con vivienda unifamiliar incluida y una nave industrial dedicada a granja agrícola, valorado todo ello en casi 170.000 euros, mientras que también en los listados de las pujas de Ourense puede encontrarse a otros que intentar apostar asimismo por el sector primario: una fábrica de piensos valorada en más de medio millón de euros.

Entre los proyectos que fueron más allá de una vivienda y acabaron en subasta está uno de un edificio destinado a motel en Caldas de Reis de cuya envergadura dan idea las cifras: 20 garajes, 35 dormitorios y una finca de 10.000 metros. No es de extrañar que su tasación sea de las más altas, con 2,1 millones.

Aunque la pérdida de viviendas habituales por ejecuciones hipotecarias ha sido la protagonista durante estos años de las protestas de grupos ciudadanos por el impacto que puede tener en las familias, en las subastas pueden aparecer toda clase de bienes, desde un molino a una calculadora, como ocurrió en los meses pasados. En las pujas que están planificadas a corto plazo hay sitio para ordenadores de una empresa (un lote de 650 euros, el valor más bajo de las subastas previstas), que están listados al lado de tuberías, motores, cigüeñales, culatas o bombas de aceite (diez lotes de la misma firma), pero también para embarcaciones. Así, saldrá a subasta un motovelero de 15 metros de eslora del año 1991 tasado en unos 123.000 euros cuyo tercer poseedor es el Estado por haber sido decomisado.