Al apoyo de actividades recreativas, la cultura y la religión, las comunidades dedicaron en 2014 un total de 2.993 millones, lo que supone tan solo el 1,8% del gasto del ejercicio. Es, sin duda, uno de los capítulos en los que los ejecutivos regionales más ajustes realizaron para avanzar en la corrección de su importante desequilibrio presupuestario. Las diferencias son notables. Mientras País Vasco destina el 2,6%, Murcia únicamente aporta un 1%. Galicia se coloca entre las comunidades con mayor desembolso para esta función. Fueron 221 millones, el 2,4%. Casi tanto como lo que gastó Madrid, que fueron 247 millones. El capítulo peor tratado es la protección al medio ambiente. Un 1,2%, apenas 1.975 millones de euros. En Galicia representa el 0,9% de sus cuentas de 2014, un total de 87 millones de euros, pese a la importante batería de tributos propios que la Xunta tiene destinados a recaudar fondos para cuidar el medio ambiente. Cantabria lidera la apuesta con el 4,3%.