En Marea busca su sitio en Madrid para ganar potencia y tratar de repetir éxito en las elecciones autonómicas previstas para este año... y en la hipotética repetición de las generales. Para ello, resultará clave evitar los errores de la experiencia de AGE, víctima de dos escisiones desde su irrupción en 2012, a través de un funcionamiento interno coordinado, que apoye a Podemos, pero que mantenga voz propia. De esta estrategia y del escenario político dialogarán hoy el líder del partido morado, Pablo Iglesias, y Xosé Manuel Beiras, su homólogo en Anova, uno de sus socios, junto a Esquerda Unida, en la Marea.

Iglesias ha abierto una ronda de contactos con los integrantes de las listas de unidad con las que se fundió en las pasadas generales en Galicia, Cataluña y Comunidad Valenciana. Con Beiras abordará no solo la coyuntura política marcada por la incapacidad de que se forme gobierno, sino también la coordinación de estos actores, cada uno de los cuales mantiene su deseo de constituirse en grupo parlamentario propio en el Congreso.

De ser así, En Marea no solo lograría 118.475 euros anuales por sus seis diputados, sino también otros 343.165 como grupo propio. A estos más de 461.000 se unirían casi 896.000 de fondos estatales gracias a su representación parlamentaria. También gozarían de mayor espacio en el Congreso para presentar propuestas e intervenir, sin tener que repartir su voz con Podemos, un aspecto clave que multiplicaría los minutos de la izquierda rupturista en la Cámara Baja.

El partido morado defiende, como sus socios, la legalidad de esa aspiración, a pesar de que se apropia de sus resultados, al elevar a 69 sus diputados, cuando realmente son 42, más otros 27 pertenecientes a las alianzas en las citadas comunidades. La voz de Podemos, por tanto, será polifónica y su peso dependerá de sus socios, dos de los cuales -Galicia y Cataluña- han sido tajantes en la condición de convocar un referéndum sobre la independencia catalana. El no de Pablo Iglesias a esa línea roja supondría un elemento de desestabilización en esa red de alianza y una posible causa de ruptura con sus aliados, ofreciendo una imagen de división ante otros comicios como las autonómicas gallegas, si no un divorcio total.

Las conversaciones informales de Iglesias con los partidos que integran la Marea -Anova, Esquerda Unida y el propio Podemos- versarán sobre esa necesaria unidad en un contexto en el que la repetición de las elecciones generales parece la hipótesis más probable, que se sumarían a las catalanas, las gallegas y las vascas en este año.

De todas maneras, la estrategia en el Congreso la marcará En Marea. "El encuentro de mañana entre Beiras e Iglesias será informal. Las decisiones de la Marea corresponden a esta, pero aún no ha constituido sus órganos internos", matizan fuentes de Anova.

Esta mañana, de hecho, está prevista la reunión de la que será la mesa coordinadora de En Marea para dotarse de un funcionamiento interno que evite que cada "bando" funcione a su aire.