Los incendios no solo son un problema medioambiental importante sino que también lastran parte de la economía de Galicia. El Plan de Desarrollo Rural contiene, de hecho, medidas para poner en valor el sector forestal y ayudar así a reducir los fuegos forestales que, tal y como admite la propia Xunta, suponen "una quiebra severa del potencial del sector, un grave riesgo para personas y ecosistemas y una fuente inagotable de gasto público". En el documento remitido a Bruselas, el Gobierno gallego analiza además las causas de estos incendios que de media calcinan en Galicia unas 30.100 hectáreas de superficie. Y entre las razones que propician los fuegos forestales, la Xunta advierte de que está la reducción de la diversidad de especies arbóreas que se está registrando durante todos los años. A esto se suma la atomización de la propiedad y que la mayor parte de los montes son privados, lo que dificulta, en opinión de la Xunta, la adopción de sistemas rentables de explotación.

Aunque en algún momento desde la Xunta han identificado entre las zonas más propensas a incendios aquellas destinadas a pastoreo sugiriendo así el posible interés en quemar el monte para destinarlo luego a pastos para el ganado o cobrar ayudas, ahora se cita precisamente la reducción de esta actividad como una de las causas que influyen en la aparición de fuegos forestales. Los prados están menos limpios y esto favorece la propagación de las llamas.

Los trabajadores del sector agrario carecen de formación y en la mayoría de los casos superan los 55 años (el 63% de los ocupados). El envejecimiento aumenta el riesgo de abandono de la actividad agraria e "influye en una menor capacidad de adaptación a los cambios y en una menor capacidad de innovación del sector", según el diagnóstico de la Xunta recogido en el Plan de Desarrollo Rural.

Según los datos de este informe, el 86% de los jefes de explotaciones agrarias gallegos cuenta exclusivamente con formación práctica, solo el 13% tiene estudios agrícolas. La Xunta destaca que Galicia tiene menos titulados formados que la media nacional y europea. Es característico de la comunidad gallega además el alto nivel de autoempleo. De hecho, el 21,7% de los trabajadores del sector agrario están en esta situación, un porcentaje muy por encima de la media estatal que se sitúa en el 16,5% o de la media europea, con el 14,5%. Este autoempleo deriva en iniciativas empresariales de pequeño tamaño, lo que, tal y como advierte el Gobierno gallego, "repercute negativamente en términos de competitividad".

La tasa de autoempleo sube además en las zonas menos pobladas de Galicia, donde llega al 28,4%. Otros hándicaps que lastran la actividad agraria son la elevada dispersión de población, que encarece los servicios y la dotación de infraestructuras, y el despoblamiento que sufren las zonas rurales.