Lluvias torrenciales, fuertes vientos, nieve y olas de altura. Los fenómenos meteorológicos adversos parecen haberse conjurado para que Galicia viva un inicio de año horribilis. Sin embargo, los meteorólogos gallegos no consideran anómala esta situación, aunque sí reconocen que se trata de un episodio muy agudo, que está dando pocos respiros y que hacía años que no se producía.