La fértil geografía gallega no solo tiene luces, sino también sombras, y los ciudadanos fueron invitados a señalarlas con el dedo. Preguntados por puntos donde detectaran alteraciones e impactos en el paisaje, con vistas a identificar lugares que precisen medidas especiales de intervención y protección, los gallegos apuntaron al mapa 347 veces, sobre todo para indicar canteras, polígonos industriales, embalses, autovías u otras infraestructuras, como aeropuertos, e incluso urbanizaciones. Buena parte del deterioro se concentra en el Golfo Ártrabro, en el entorno de A Coruña, donde se localizaron 59 enclaves problemáticos, pero el área de las Rías Baixas, conformada por la costa Atlántica desde la frontera con Portugal hasta más allá de Muros, le pisa los talones, con 55.

Con todo, esta zona lo compensa por el otro lado, porque es un espacio en el que los gallegos apuntaron hasta 189 lugares de interés paisajístico. Solo la superan en ese ranking de localizaciones dignas de reseñar las áreas de Galicia Central (el entorno de Santiago y las comarcas del Deza, Melide, A Ulloa y O Carballiño), donde fueron marcadas 279 ubicaciones de interés, y las Chairas e Fosas Occidentais (Costa da Morte), que se anotó 269 menciones positivas.

Frente a las zonas donde menudean los puntos negros, aparecen oasis en los que las tachas se cuentan con los dedos de una mano: las Serras Orientais y las Serras Surorientais. En las primeras, se encuentran parajes ya consagrados por su preservación, como O Courel -considerada por National Geographic como "la mayor reserva verde de Galicia" y "uno de los lugares de mayor riqueza etnográfica"- y Os Ancares. En las segundas (Trives, O Bolo y A Gudiña) destaca el parque natural de O Invernadeiro.

Completa el podio de los entornos donde los ciudadanos observan menos puntos críticos una zona que destacaba por su abundancia de hitos paisajísticos: A Costa da Morte. En las tierras del Xallas, Fisterra y Bergantiños, los gallegos han puesto doce peros, mientras que a la costa lucense, A Mariña, donde se localiza una de las estrellas de la comunidad, As Catedrais, han señalizado un negativo más.

Viaje espiritual en el tiempo

Enrique Iglesias escogió el monasterio de Carboeiro, en el Deza, para ambientar la escena de su fiesta en el videoclip para su canción Noche y de día. Pero no fue la polémica en torno al coste de la grabación o los peros de la iglesia a su contenido lo que puso al cenobio en el mapa turístico de Galicia, aunque sin duda ayudase a extender su fama.

Porque mil años de historia contemplan a los visitantes desde su fundación, en un entorno natural, un meandro del río Deza, que contribuye a elevar su atractivo. Cerca de este destacable ejemplo de transición del románico tardío al gótico se hallan otros puntos de interés como la Fervenza do Toxa o el área recreativa de A Carixa.