"Nadie echa en falta el liderazgo de Fraga". Este es el mejor elogio que se le puede hacer a Feijóo en el PP gallego y tiene más mérito si viene de Xesús Palmou, que fue conselleiro de Xustiza y secretario xeral del PP con Manuel Fraga. Palmou, ya apartado de la acción política, valora que Feijóo ganó en un congreso "que fue un ejemplo de democracia interna", en el que inicialmente se vio las caras con otros tres rivales: Xosé Cuiña, Xosé Manuel Barreiro y Enrique López Veiga. Al no ser un congreso amañado, "la autoridad" que ganó Feijóo en el PP gallego fue mayor y le permitió, valora Palmou, "mantener la unidad y la cohesión" de la organización conservadora.

Palmou, que el año pasado dejó la presidencia del Consello de Contas, no observa "grandes diferencias, ni cambios sustanciales" desde el punto de vista programático entre el PP de Feijóo y el de Fraga. "Puede haber una menor presencia del galleguismo", admite, pero entiende que se justifica porque la crisis económica ha aparcado el interés por el galleguismo. "Tampoco veo una demanda social al respecto", apunta Palmou y añade: "Si uno escucha y lee los discursos del presidente del PP de Galicia las referencias al galleguismo son continuas", pero el foco de atención ahora no está ahí.

El que fue el número dos del PP gallego en momentos difíciles, cuando hubo que pilotar la sucesión de Fraga, no duda que Feijóo es el mejor candidato que puede tener el PP gallego de cara a las elecciones de este año y al comparar su gestión con la de Fraga, que él vivió tan de cerca, apunta que Feijóo "tiene un mayor control sobre la estructura territorial del partido, con Fraga los presidentes provinciales del partido influían más". Feijóo tiene más poder y eso es bueno pero también tiene sus peligros. "Los logros, pero también los errores se concentran en su persona", apunta.