El 28 de febrero el BNG decide su futuro y todos admiten en la formación frentista, que tras la pérdida de representación en las Cortes, la situación es sumamente crítica. En la nueva encrucijada en la que se encuentra el partido referente del nacionalismo gallego en los últimos 24 años, dos son los caminos a tomar que discuten dirigentes y militantes: o confluir con En Marea, una coalición no exclusivamente nacionalista, o seguir en solitario, defendiendo su esencia nacionalista.

Históricos dirigentes de la UPG, el partido hegemónico que ha detentado el control del BNG desde su nacimiento, apuestan por la segunda vía, mientras Xavier Vence, portavoz nacional que ya anunció su retirada, y otros dirigentes, apuestan por explorar la confluencia con En Marea. Francisco Rodríguez, que fue portavoz del BNG en el Congreso durante 12 años y que para muchos es el líder en la sombra de la UPG, y Bautista Álvarez, uno de los fundadores del Bloque, ya defendieron que la formación frentista siga en solitario. Y ahora sale a la palestra Pilar García Negro, diputada del BNG entre 1989 y 2003 en el Parlamento de Galicia.

En Terra e Tempo, el medio de comunicación digital de la UPG, advierte del "abrazo del oso" que pretende En Marea y pide a los suyos que "no se vendan por un plato de lentejas". Pilar García Negro lo tiene claro: En Marea, la coalición de Podemos, Anova y EU, que el 20-D consiguió seis escaños, y se convirtió en la segunda fuerza de Galicia en votos, quiere "liquidar al BNG" y aguarda que los dirigentes y militantes de la formación frentista acepten la confluencia "angustiados, apurados y obnubilados" por el resultado del 20-D. El BNG, bajo la marca NÓS, logró solo 70.464 votos, frente a los 183.279 que había conseguido cuatro años antes. En Marea superó los 400.000 papeletas.

Para Pilar García Negro, el BNG decidirá el 28 de febrero en su asamblea entre ser "río independiente o perpetuo afluente" o ser "central operativa o permanente sucursal". El artículo de opinión de la que fue uno de los referentes del BNG en el Parlamento gallego durante 16 años también evidencia claramente la enemistad con el que fue su portavoz nacional y ahora es máximo dirigente de Anova, Xosé Manuel Beiras. Sin citarlo expresamente le acusa de "la destrucción del nacionalismo gallego y "el refuerzo de alternativas políticas españolas", al apostar por una coalición con Podemos y Esquerda Unida (EU).

García Negro también sostiene en su análisis sobre "el panorama muy preocupante" al que se enfrenta el BNG que la eliminación del nacionalismo gallego "solo es posible en una sociedad débil, acostumbrada a ser mandada, desafecta para todo lo que suponga tomar decisiones por sí misma y esperanzada en que quien mande sea benevolente y paternal".

Frente a la UPG, están los dirigentes que se posicionan a favor de buscar un acercamiento con En Marea. Esta tesis la defiende Xavier Vence, que dejará la portavocía nacional en febrero, y también el que fue portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich.

Xusto González Beramendi, catedrático de Historia Contemporánea y uno de los grandes estudiosos del nacionalismo gallego, aseguraba ayer en una entrevista en ABC que En Marea es "un mal camino para la supervivencia del nacionalismo".

Para Beramendi, al BNG le queda "una refundación" total o "quedará abocado a que una parte se una a las mareas y la otra quede con la bandera enhiesta, pero cada vez con menos soldados". "No cabe duda de que el abrazo de Anova con Podemos es el abrazo del oso y el oso es Podemos", apunta.