Ciento cincuenta miembros de 32 mareas locales reivindican su protagonismo en En Marea de cara a las elecciones gallegas de este año. Ayer se reunieron en A Pobra da Caramiñal, tras un encuentro anterior en A Estrada, en el que habían participado los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol, los máximos exponentes de estos movimientos locales, para continuar trabajando con el fin de que el municipalismo sea "uno de los pilares importantísimos de En Marea" para los comicios autonómicos.

Quieren dotarse de estructura. La próxima cita será a mediados de marzo y ayer acordaron la creación de grupos de trabajo para avanzar en la redacción de su código ético, en la discusión sobre cómo elegir a sus candidatos, cómo organizarse territorialmente e incluso cómo trasladar sus demandas e inquietudes a "la Xunta si En Marea gana las elecciones o al grupo parlamentario" que dan por hecho que tendrá la coalición en la próxima legislatura autonómica.

Las candidaturas que surgieron en las municipales de mayo de 2015 como plataformas ciudadanas en las que se integraron luego partidos como Anova, EU y Podemos, entre otros, sostienen que "tuvieron poco peso" en el nacimiento y configuración de En Marea para las elecciones generales del 20-D, donde lograron seis escaños en el Congreso, y no quieren que ahora pase lo mismo. Lo explicaba ayer a este diario, el regidor de A Pobra, Xosé Lois Piñeiro. En todo caso, en su tono no se advierte acritud y malestar con los partidos compañeros del proyecto de En Marea. Entiende que hubo poco tiempo para negociar la lista y el programa de En Marea para el 20-D y que las candidaturas locales, por su diversidad y por la ausencia de una voz única portavoz de las mismas, quedó relegada en las negociaciones, que estuvieron copadas por los partidos.

Para que no pase igual en los comicios gallegos, las mareas locales, incluidas las de las ciudades, organizan reuniones de trabajo como la de ayer en A Pobra para perfilar "una hoja de ruta", diseñar su proyecto y poder hacer oír su voz y tener su espacio en En Marea.

Tras el éxito de En Marea el 20-D han surgido tensiones entre sus socios. La discrepancia más fuerte vino de Podemos. Su líder gallego, Breogán Riobóo, lamentó "la sobrerrepresentación" de otras fuerzas en detrimento de la suya en las listas electorales y abrió la puerta a que Podemos concurriera en solitario en las elecciones gallegas. También mostró su disconformidad por el "sesgo nacionalista" de la campaña. Inmediatamente, Riobóo fue desautorizado por el propio Pablo Iglesias y se abrió una crisis en Podemos Galicia, con dimisiones y tensiones todavía no resueltas.

La oposición a Riobóo en el seno de Podemos la lideran los diputados del partido morado en las Cortes. El pasado viernes la diputada en el Congreso, la pontevedresa Ángela Rodríguez, dejó patente su distanciamiento con Riobóo al reprocharle que no acudiera a la manifestación en Pontevedra en contra de Ence y le advirtió de que su escaño "no lo legitima el secretario general, si no los 400.000 votos" del 20-D.