Los ganaderos gallegos beneficiados con las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) de este año todavía están pendientes de percibir hasta junio unos 73 millones de euros que se suman a los 98 millones que la Xunta ya entregó en noviembre como anticipo. Pese a que no ha terminado la actual campaña, el Gobierno gallego ya se ha puesto en marcha con la siguiente convocatoria y publicó ayer en el Diario Oficial de Galicia (DOG) la orden relacionada con la gestión en Galicia de los 190 millones de euros que en el periodo 2016-2017 recibirán 33.000 ganaderos.

En esta cuantía se incluyen los pagos directos de la PAC procedentes del Fondo Europeo de Garantía (Feaga) y las aportaciones del Plan de Desarrollo Rural 2014-2020. En este último caso, la Xunta otorga ayudas a las zonas con limitaciones naturales como la montaña -que sustituyen a las anteriores indemnizaciones compensatorias- junto con las subvenciones de agroambiente y clima, las relacionadas con el mantenimiento de plantaciones forestales en tierras no agrícolas, y las destinadas a cultivos de agricultura ecológica. El año pasado se aprobaron 2.700 solicitudes por 11 millones -9,7 para agroambiente y clima y 1,5 para agricultura ecológica- y este ejercicio el Ejecutivo autonómico espera "un aumento".

Desde el departamento autonómico destacan que en esta convocatoria no hay "carga ganadera máxima", a diferencia de las anteriores en las que el tope estaba fijado en dos unidades por hectárea. Como en este caso las ayudas no estarán vinculadas al número de reses, explotaciones que antes no podrían concurrir a las subvenciones ahora sí podrán pedirlas, lo que beneficia -aseguran- sobre todo al sector lácteo, que lleva inmerso en una de sus peores crisis durante más de un año.

Una de las novedades más destacadas tiene que ver con los cambios en el pago verde o greening para superficies de interés ecológico, una parte de las ayudas que se condiciona a la diversificación de cultivos. El pago verde exigía hasta ahora que los produtores con más de 10 hectáreas sembrasen al menos dos cultivos sin que ninguno de ellos superase el 75% de la superficie. Esta obligación de introducir nuevos cultivos implicaba reducir las hectáreas reservadas a la plantación de maíz y sembrar en su lugar, al menos en un 25% de la superficie disponible, otro forraje con el que se perdería productividad. Este punto fue uno de los más polémicos de la PAC en los últimos años y el que generó más protestas por parte de los solicitantes. En la convocatoria 2016-2017, la Xunta recoge la demanda del sector y permite que se aumente las hectáreas destinadas al maíz.

La conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, aclaró que los forrajes secundarios -barbechos o cultivos fijadores de nitrógeno como la alfalfa, la cebada, las acacias o la mayoría de las legumbres- no será obligatorio tenerlos en verano y su siembra se podrá retrasar hasta el otoño evitando así la reducción del espacio para el maíz para dejarlo a barbecho.

La orden publicada ayer en el DOG introduce novedades para los demandantes a la hora de presentar sus solicitudes, cuyo plazo estará activo hasta el 30 de abril. Por una parte, todos los formularios se tramitarán de forma electrónica, por lo que en las próximas semanas se informará por carta a los beneficiarios de los cambios.

Sin NIF del propietario

Por otra parte, los demandantes no tendrán que aportar el NIF del propietario de las parcelas que tienen en alquiler, un trámite que en anteriores convocatorias acarreó complicaciones para el cobro de la PAC. Vázquez destacó que este dato no será necesario porque la Xunta cuenta con un sistema que permite a los propietarios indicar para que fincas no pueden pedirse ayudas porque no están en régimen de alquiler y con el que se evita su uso "fraudulento".