El naturalista Antonio Sandoval explicaba esta semana que cada vez hay más psicólogos y pedagogos que apuntan a "la necesidad de que los que vivimos en lugares urbanizados acudamos a presenciar fenómenos naturales porque es bueno, terapéutico". Sus palabras apuntaban a la importancia del entorno natural como benefactor de la calidad de vida, una escala intangible de difícil cuantificación en una sociedad economicista como la actual. Pero a través de algunas técnicas estadísticas, el valor "social" de un bien natural como los bosques gallegos también puede medirse. En concreto, los parajes boscosos gallegos alcanzan un "valor social" de 1.131 millones de euros.

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