Casi nueve de cada diez accidentes de tráfico mortales en Galicia ocurren en carreteras secundarias. Pese a que en los últimos quince años la siniestralidad en la red viaria gallega cayó más de un 70%, hasta cerrar 2015 con la cifra más baja de la historia -un total de 91 fallecidos-, las vías de un solo carril en cada sentido se presentan como la más peligrosas: el número de denunciados por exceso de velocidad en este tipo de carreteras multiplica por diez los positivos por consumo de drogas o por uso del móvil al volante y su índice de mortalidad dobla el de autopistas y autovías. Para que los conductores levanten el pie del acelerador en las secundarias, la DGT estrenará este mes en Galicia los dos primeros radares de tramo en este tipo de vías ya que hasta el momento este tipo de cinemómetros solo están operativos en el túnel de O Sartego en la AP-9, a su paso por Ferrol; en la A-8, en la zona de O Fiouco (Lugo), la AG-55 (autovía que une A Coruña con Carballo, a su paso por Arteixo) y la AG-64 (la autovía de Ferrol a Vilalba, en la bajada de As Pontes).

A Coruña y Ourense son las provincias elegidas por Tráfico. Y las vías donde se pondrán en servicio este mes los nuevos radares de tramo son la N-550 en la zona de A Xionlla, en Compostela, entre los kilómetros 54 y 56, limitada a 80 km/h, y en la N-525 (Ourense-Gustei), limitado a 70 km/h, entre los kilómetros 242 y 245. "Serán los primeros en vías convencionales en Galicia", destacó Victoria Gómez Dobarro, tras la reunión de la Comisión autonómica de Tráfico y Seguridad Vial celebrada ayer en A Coruña que, entre otros asuntos, analizó el informe de siniestralidad en las carreteras gallegas en 2015.

Además, Tráfico también activará otro radar de tramo que estará situado en la autopista AP-9, a su paso por los túneles de Candeán y A Madroa, en el entorno de Vigo. En estos momentos está en fase de instalación el cinemómetro.

Sobre la elección de la ubicación para los nuevos radares, la responsable de la DGT en Galicia destacó que el objetivo es "homogeneizar la velocidad" y situarlos en tramos "complicados", asociados a accidentes y excesos de velocidad.

El delegado de Gobierno, Santiago Villanueva, que presidió la Comisión autonómica de Tráfico y Seguridad Vial, manifestó su preocupación por el repunte de accidentes vinculados al uso de motocicletas, que se deben, según apuntó, a las "mejores condiciones meteorológicas" registradas en 2015.

Atropellos

Los atropellos se mantienen como una de las lacras de la accidentalidad en las carreteras gallegas. Villanueva incidió en la importancia de concienciar a las personas de edad avanzada sobre el uso del chaleco reflectante. Solo en lo que va de año fallecieron cuatro personas atropelladas.

Durante 2015, las carreteras gallegas registraron un total de 91 fallecidos, 19 menos que el ejercicio anterior. La radiografía de la accidentalidad en la red viaria de la comunidad revela el estado del parque móvil: en los siniestros mortales registrados el año pasado, los turismo superaban los 12 años y los camiones, los 11. Hace cuatro años, los primeros tenían de media 9,8 años y los segundo, 6, lo que supone que la edad media en vehículos pesados relacionados con accidentes con fallecidos casi se duplicó. Según Tráfico, el riesgo de fallecer se duplica entre los vehículos que tienen entre 10 y 15 años de antigüedad, frente a los de menos de cinco años.